Conociendo a los anfibios y reptiles de la Península Ibérica

Mes: enero 2018

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Conociendo a los anfibios de la Sierra de Guadarrama. Listado de especies.

En relación con el anterior artículo sobre la charla didáctica que dí en La Majada de La Pedriza, voy a rescatar parte de la presentación para compartir contigo el listado de especies de anfibios de la Sierra de Guadarrama.

Las especies de anfibios de la Sierra de Madrid, de Guadarrama y del Parque Nacional representan más del 60% de todas las especies de anfibios de la Península Ibérica. Es esta serranía un espacio idóneo por lo tanto para los anfibios, ya sean urodelos o anuros.

Me gusta decir que la Sierra de Guadarrama es un santuario para los anfibios por varias razones:

1.- Está situada en el centro peninsular, lo que implica que sus montes y valles son límite de muchas especies y subespecies del norte y del sur, y hay por lo tanto grandes áreas limítrofes de confluencia entre ellas, lo que enriquece la biodiversidad claramente.

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2.- Se compone principalmente de suelo granítico, que es no poroso. Esto facilita la retención de agua de lluvia o del deshielo y la formación de charcas y lagunas tanto temporales como permanentes en toda su área. Como sabes, el medio acuático es indispensable para la reproducción de la fauna anfibia.

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3.- La peculiar y diversa orografia de la Sierra y la existencia de múltiples ecosistemas fomenta que existan una gran diversidad de especies.

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4.- El aislamiento de las zonas de media y alta montaña y la poca actividad humana ha fomentado que muchas zonas y poblaciones de anfibios perduren con mayor o menor éxito hasta la actualidad.

Antes de pasar al listado de especies de anfibios de la sierra de Guadarrama, ten en cuenta algunos puntos respecto al Parque Nacional:

  • La totalidad del Parque Nacional de Guadarrama está dentro de la Sierra de Guadarrama, un sistema montañoso perteneciente al Sistema Central.
  • Se extiende desde el valle del río Alberche (extremo suroeste), hasta el puerto de Somosierra (extremo noreste), con 80 km de longitud y unos 20 km de anchura.
  • Tiene 11 ecosistemas bien diferenciados, con unas 1280 especies, que representan el 45 % de la fauna total de España y el 18 % de la europea.

Y ahora ya sí, pasemos a listar las 15 de las 27 especies presentes en la Sierra Madrileña, que representan alrededor del 60% de la fauna anfibia de toda la Península Ibérica, contando además con 5 endemismos.

Mapa aproximativo de especies según altitud (observaciones propias).

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Créditos: Alberto González

1. Salamandra común (Salamandra salamandra)

Salamandra común, subespecie "Almanzaris" (Salamandra salamandra almanzoris)

Salamandra común, subespecie «Almanzaris» (Salamandra salamandra almanzoris)

Un anfibio urodelo completamente terrestre de gran tamaño y más o menos abundante en determinadas zonas de la Sierra, aunque por desgracia en otras casi a desaparecido por la presión humana.

Normalmente coloración negra con manchas amarillas (de diferentes presentaciones -bandas estriadas, punteadas…-) por todo el cuerpo. La subespecie que habita en Guadarrama y Gredos («Almanzoris») presenta manchas amarillas en forma de “comas”, en general.

En España, tiene una gran variación cromática y morfológica y está en continuo estudio genético y geográfico. Si quieres saber más sobre las subespecies de salamandra común

2. Tritón jaspeado (Triturus marmoratus)

Tritón jaspeado en Guadarrama

Hembra de tritón jaspeado (Triturus marmoratus) en el macizo de Peñalara. Muchas noches tenemos la suerte de verles fuera de las zonas protegidas y podemos fotografiarles… 

Es otro urodelo tritón de tamaño mediano a grande (12 cm -19 cm) que se caracteriza por tener color un color verde oliva a oscuro de fondo con manchas discontinuas amplias de color negro. Tiene una línea naranja en el dorso muy característica (sobre todo en las hembras).

Prefiere charcas con abundante vegetación acuática y tiene una extensa fase terrestre durante al menos 6 meses al año. En Guadarrama su estado de conservación es aceptable, observándose en altitudes de hasta 2.100m.

3. Tritón pigmeo (Triturus pygmaeus)

Hembra de tritón pigmeo (Triturus pygmaeus)

Hembra de tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) en la dehesa de Alpedrete.

Nuestro pequeño “T. marmoratus”. Otro endemismo de la península ibérica que cuenta ya con rango de especie propio.

Es el “negativo” del tritón jaspeado (Triturus marmoratus): Color base verde con puntos o manchas marrones u oscuras no tan extendidas como en «T. marmoratus». Tiene una amplia zona de confluencia con el tritón jaspeado en las Sierras de Guadarrama y Gredos, si bien se le encuentra en altitudes más bajas y cálidas.

4. Tritón ibérico (Lissotriton boscai)

triton ibérico (Lissotriton boscai)

El tritón más pequeño de todos, no sobrepasando los 9 cm. La coloración dorsal en general es gris, parda o marrón, y ventralmente es de color naranja o rojizo, con pequeñas manchas o puntos oscuros. La ausencia de cresta dorsal en los machos (sí cresta caudal), puede identificarse con cierta facilidad.

En la Sierra de Guadarrama ha tenido un declive importante, extinguiéndose en muchos puntos donde hace 15 o 10 años existían citas de poblaciones estables.

Este declive poblacional principalmente se debe al taponamiento o eliminación de las charcas y puntos de cría en los que se reproducía en la zona basal de la Sierra.

5. Gallipato (Pleurodeles waltl)

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Es el urodelo de mayor tamaño de Europa occidental, alcanzando hasta 30 cm en edad adulta, según algunas observaciones. Cuerpo rechoncho, gris o pardo, robusto, de cabeza grande, aplanada y ojos pequeños.

Como defensa contra depredadores, las costillas tienen puntas afiladas que salen,  perforando los tubérculos anaranjados laterales, cuando son atacados o manipulados.

Eminentemente acuático, pudiendo permanecer en las lagunas o puntos de agua durante todo el año. En Guadarrama se le puede encontrar en casi todos los puntos de agua de baja y media montaña, así como en abrevaderos, charcas temporales y zonas de ganadería y/o agricultura donde no se han usado glifosatos o pesticidas de forma recurrente.

6. Rana patilarga (Rana iberica)

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Una rana de pequeño tamaño que la rana común, de color pardo o rojizo. Tiene una  mancha oscura entre el ojo y el tímpano muy característica. Miembros posteriores muy largos. Pliegues dorsolaterales relativamente separados. Manchas o puntos pequeños negros distribuidos por el dorso.

En Guadarrama, se la encuentra en torrentes o arroyos de media y alta montaña, donde hay cierta limpieza y oxigenación del agua. Éste endemismo ibérico es muy frágil a las amenazas en forma de hongos, cambio climático y especies invasoras como truchas y carpas y está seriamente amenazada.

7. Rana común (Pelophylax perezi)

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Coloquialmente es más adecuado decir «rana común» que «rana verde», ya que hay muchos ejemplares marrones u oscuros también.

Es la rana más abundante y resistente de todos los anfibios peninsulares. De piel de color verde y/o marrón muy variable, con manchas negras y una línea dorsal verde más clara que recorre la columna vertebral a lo largo de todo el dorso y que la identifica claramente frente a otras especies.

Se la encuentra casi en cualquier punto de agua en al que haya podido acceder, con independencia del estado de salubridad de la misma, de la altitud o de otros factores medioambientales.

8. Rana de San Antonio (Hyla molleri)

Ranita de San Antonio (Hyla molleri). Macho llamando a la hembra con el saco vocal hinchado.

Ranita de San Antonio (Hyla molleri). Macho llamando a la hembra con el saco vocal hinchado. Se puede observar además el microchip implantado por los científicos para monitorizar desde el peso del ejemplar hasta sus movimientos zonales.

¡Nuestra rana tropical! Ranita de pequeño tamaño (4cm – 5 cm) trepadora y arbórea. Hasta 2008 descrita como subespecie de Hyla arborea (europea). Individuos  de verde intenso  con una típica banda lateral oscura desde la cabeza a la cloaca (se han observado otros individuos grises o azulados  en alguna ocasión).

Una especie que en la Sierra de Guadarrama se puede observar desde las zonas más bajas (Valles de la Fuenfría) hasta a 2.200 metros de altitud en el macizo de Peñalara. ¡Ahí es nada!

9. Sapo común (Bufo spinosus)

Sapo común (Bufo spinosus). Sus ojos rojos le distinguen claramente de otras especies de anuros.

El mayor de nuestros anuros, de tamaño considerable, piel con verrugas, dura, áspera y unos grandes ojos rojos o anaranjados inconfundibles. Color oscuro, pardo, con franjas blancas y amarillentas y grandes tubérculos. Puede vivir hasta medio siglo, según muchos estudios.

En Guadarrama ha tenido un declive importante, debido al hongo asesino de anfibios, pero su población, aunque menor, sigue resistiendo y se le puede observar, principalmente de noche, cerca de arroyos, lagos y ríos de la Sierra.

10. Sapo corredor (Epidalea calamita)

sapo corredor (Epidalea/bufo calamita) -Ávila-

Sapo corredor (Epidalea/bufo calamita) -Ávila-

Más pequeño que el sapo común, pero mucho más “común” en nuestros campos, por la fortaleza inmunitaria presentada frente al hongo que te mencionamos antes y su capacidad de reproducirse casi en cualquier remanente de agua temporal de forma muy rápida.

Los ojos verdes o amarillentos son la clave para poder identificarle sin equivocación.

Su nombre le viene de su hábito a andar, en vez de saltar. Los sapos corredores de las  montañas son de coloración más oscura o apagada que los de la zona basal (observaciones propias). Por suerte goza de buena salud en toda la Sierra.

11. Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)

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Un sapo robusto, redondeado, sin presenta tímpanos visibles ni glándulas parotídeas aparentes. Los ojos presentan la pupila vertical con el iris de color plateado, principalmente.

Aunque los ojos son muy característicos y presenta un típico morro anguloso, redondeado… Su nombre describe las dos “espuelas” oscuras que tiene en las patas posteriores y que le sirven para excavar y enterrarse a gran profundidad, si es necesario.

En la Sierra tiene una distribución amplia aunque localizada, en la zona basal o inferior de las montañas.

12. Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)

Sapillo pintojo Ibérico (Discoglossus galganoi)

Sapo pequeño que parece a primera vista una rana, de hocico puntiagudo y cabeza aplanada. Colores grisáceos con dos tipos de patrón: o bien moteado o bien rayado con tres franjas longitudinales.

Se le suele ver en manantiales, acequias y charcas temporales o zonas inundadas a lo largo de toda la zona Sur de la Sierra, si bien es el más escaso, debido a que prefiere las zonas bajas y praderas del sur de la Comunidad de Madrid.

13. Sapo partero común (Alytes obstetricans)

sapo partero ibérico sierra de guadarrama

Sapito de pequeño tamaño (4cm) y colores claros, rechoncho y ojos grandes, slpicado a veces por puntitos rojos. Su nombre viene de la costumbre de los machos de transportar y cuidar de los huevos fertilizados en su espalda durante 2 o 3 semanas, antes de depositarlos, ya con las larvas desarrolladas, en pozas, lagunas o puntos de agua más o menos permanentes.

En la Sierra de Guadarrama ocupa espacios aislados y sus poblaciones han sufrido grandes reveses en los últimos años, siendo muy escaso. En Peñalara y otras zonas se le da casi por extinto, debido  a las enfermedades de los anfibios principalmente.

14. Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii)

Los machos de esta especie de sapo también cuidan de las puestas, llevándolas a la espalda. Es muy parecido morfológicamente al sapo partero común, pero se pueden diferenciar sin lugar a duda, porque mientras que el sapo partero común tiene tres tubérculos palmares, el sapo partero ibérico posee solo 2.

Añadir quizá que A. cisternasii son más rechonchos (tipo bola), con aspecto más torpe, mientras que A. obstetricans es más estilizado.

15. Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris)

Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris)

Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris)

Especie introducida en el Macizo de Peñalara en los años 80. Cuenta con una amplia población a día de hoy aunque en un área muy reducida.

El tritón alpino en Madrid tiene una longitud no superior a 10 cm, su coloración es en el dorso uniformemente marrón oscura y el vientre suele ser naranja o rojizo intenso. Los machos sobretodo presentan un bonito e inconfundible punteado en las zonas laterales entre el vientre y el dorso.

En resumen, la Sierra de Guadarrama tiene una espectacular biodiversidad anfibia que todos podemos disfrutar, ayudando a conservar sus espacios naturales con una regla muy simple:

«Conocer es valorar y valorar es conservar.»

La masiva afluencia de visitantes, deportistas y excursionistas, y la falta de regulación del uso público de la Sierra, constituyen dos de los principales problemas de la Sierra de Guadarrama y de sus habitantes naturales.

Así que, conciencia, da a conocer y comparte esta otra naturaleza tan importante pero poco valorada!!!

¡Comparte libremente!

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las tres especies de serpientes venenosas de la península ibérica.

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Víboras ibéricas. Las serpientes no dejan indiferente a nadie, despertando tanto sensaciones de repudio y odio para muchos como de fascinación y curiosidad para otros.

En este artículo vamos a centrarnos en el grupo de reptiles más amenazado actualmente en nuestros campos, las víboras, respondiendo a las preguntas que cualquier amante de la naturaleza se ha formulado alguna vez acerca de estos escamosos de sangre fría tan peculiares.

Víbora Áspid (Vipera aspis)

Víbora Áspid (Vipera aspis) en la zona norte de Burgos. Foto: Alberto González

¿Por qué tenemos miedo a las serpientes?

Existen múltiples estudios que revelan que el miedo a las serpientes es innato y puede tener una explicación neurobiológica. Uno elaborado en 2013 defiende que el cerebro humano, junto con el resto de primates, tiene neuronas especializadas en detectar a estos reptiles más rápido que a otros animales (Quan Van Le et al, 2013).

La teoría de la detección de las serpientes, desarrollada por la científica Lynne Isbell y apoyada por disciplinas muy variadas, indica que el cerebro de los primates ha evolucionado en buena medida gracias a las serpientes, en particular, desarrollando un sentido de la vista muy agudo para percibir sus formas y colores.

Esta teoría ha sido recientemente confirmada por investigadores suecos y portugueses mediante técnicas de psicología experimental (Sandra C. Soares, 2014).

El nombre científico para denominar la sensación de aprensión hacia los ofidios es el de ofidiofobia, y está muy extendido, pese a que la mayoría de las serpientes no son venenosas e incluso las que sí presentan veneno son inofensivas para el ser humano, si no se las molesta.

Víbora cantábrica (Vipera seoanei) melánica

Víbora cantábrica (Vipera seoanei) melánica. Algunos ejemplares presentan una pigmentación con un nivel de melanina total. Foto: Alberto González

La serpiente históricamente ha tenido un papel muy importante tanto en la mitología como en la religión, si bien es cierto que por muchos pueblos era considerada un dios, como para los aztecas, egipcios, griegos o romanos, no lo es menos que la tradición religiosa judeocristiana asigna un papel a la serpiente inexcusablemente diabólico.

Está claro que, actualmente,  el miedo y el desconocimiento son las causas directas de la masacre y exterminio que estos bellos animales han sufrido desde hace milenios por parte del hombre. Nosotros, desde Bicheando.net intentaremos que tanto las fobias como las conductas de agresión y muerte a estas criaturas disminuyan o desaparezcan.

¿Cuántas especies de víboras hay en España?

En la Península Ibérica contamos con un total de 13 especies de serpientes, de las cuales 10 son culebras (Fam. Colubridae) y las restantes, víboras (Fam. Viperidae).

Estas tres últimas, ambas del pertenecientes al género Vipera, son:

1.- Víbora hocicuda (Vipera latastei)

víbora hocicuda (Vipera latastei)

Víbora hocicuda (Vipera latastei)

2.- Víbora áspid (Vipera aspis)

Víbora áspid (Vipera aspis)

Víbora áspid (Vipera aspis)

3.- Víbora de Seoane o cantábrica (Vipera Seoanei)

Se distribuyen por todo el territorio peninsular de la siguiente manera:

Mapa aproximado de distribución de las especies víboras península ibérica

Mapa aproximado de distribución de las especies víboras península ibérica

Para obtener más información sobre estas tres especies, ya sea características, veneno, precauciones o protocolo de actuación en caso de mordida, podéis visitar nuestro artículo titulado «Víboras de España. Serpientes venenosas de la península Ibérica

Sigamos…

¿Debemos realmente temer a los vipéridos en España?

La respuesta es clara, no. Según muestra un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) durante período de 1997 a 2009 se registraron 1.649 casos de mordeduras de vipéridos en España (130 anuales), de las cuales menos del 1% fueron letales, atribuidas casi exclusivamente a problemas de salud ya existentes en las personas mordidas. 

Incidencia-por-CCAA-Agencia-de-Evaluación-de-Tecnologías-Sanitarias (2012)

Más de la mitad de los casos se concentraron en Cataluña, Castilla y León, Galicia y Andalucía. Las personas de entre 5 y 14 años así como las mayores de 65 son las más afectadas (ISCIII, 2012).

Tenemos un nuevo artículo sobre mordeduras de víbora en españa.

¿Cómo diferenciar a las víboras de las culebras?

Nuestros vipéridos, como toda la familia a la que pertenecen, presentan un cuerpo robusto, macizo y corto, como máximo alcanzan los 80 cm de longitud. De cabeza con forma triangular bien diferenciada del cuello y reproducción ovovivípara.

Son solenoglifos, es decir, poseedores de dos grandes colmillos plegados al paladar, que al ser utilizados pasan a una posición anterior a la vez que conecta con la glándula productora del veneno. Este veneno, poco estudiado en las especies peninsulares, presenta actividad cardiotóxica, hemotóxica, citotóxica y levemente neurotóxica.

De mordedura peligrosa, son ofidios que requieren una especial atención, cuidado y respeto, por tanto una buena identificación es un factor ineludible al tratar estos reptiles. A continuación os mostraremos cómo diferenciarlos de las culebras de forma rápida y eficaz en el campo mediante unos sencillos pasos.

Existe una multitud de caracteres distintivos entre las dos familias, muchos de ellos mencionados anteriormente, pero únicamente teniendo en cuenta unos cuantos nos podemos asegurar de elaborar un diagnóstico 100% fiable.  Nos vamos a centrar en los tres siguientes rasgos: la pupila, las escamas craneales y las escamas dorsales 

Diferencias entre vipéridos y colúbridos. Fotografias de una víbora áspid (Vipera aspis) y una cuebra lisa meridional (Coronella girondica).

Diferencias entre vipéridos y colúbridos. Fotografías de una víbora áspid (Vipera aspis) (izquierda) y una culebra lisa meridional (Coronella girondica) (derecha)

  1. La víboras presentan una pupila vertical frente a la pupila redondeada que presentan las culebras.
  2. Las víboras poseen pequeñas escamas craneales fragmentadas, desordenadas y subimbricadas frente a las escamas craneales o cefálicas grandes y dispuestas de las culebras.
  3. Las víboras siempre presentan las escamas dorsales con quilla, es decir, carenadas, mientras que las culebras las presentan lisas. Este rasgo no siempre se cumple con todos los colúbridos autóctonos, es el caso de la culebra de agua o viperina (Natrix maura) y la culebra de collar ibérica (Natrix astretophora), ambas con escamas dorsales carenadas.
Escamas con quilla de una culebra de agua (Natrix maura)

Escamas con quilla de una culebra de agua (Natrix maura)

Existen culebras que pueden adquirir comportamientos defensivos y patrones corporales similares al de las víboras, suele ser el caso de la culebra de agua (Natrix maura) y en según qué zonas las culebras del género Coronella.

La culebra de agua es comúnmente confundida con un vipérido al presentar una coloración y patrón en zig zag característico en algún ejemplar de víbora, por lo que vistas de lejos pueden causar dudas para ser identificadas.

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Visión general: comparativa culebra de agua (Natrix maura) (izquierda) Vs. víbora áspid (Vipera aspis) (derecha)

Además cuando se ve amenazada su comportamiento defensivo en la mayoría de los casos es el de aplanar y triangular la cabeza, soplar y hacer falsos ataques sin llegar a morder. Las culebras del género Coronella únicamente se podrían llegar a confundir por su coloración grisácea y pequeño tamaño.

Aún así, basta con mirar las pupilas y escamas como hemos comentado antes para diferenciarlas con total seguridad.

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Víbora cantábrica (Vipera seoanei) entre la maleza.

Ya acabamos… espero que este post os haya ayudado a conocer un poco más el fascinante mundo de las víboras a aquellos que ya lo conocíais y adentrarse en él a aquellos que lo conocíais menos. Desde Bicheando.net siempre abogaremos por proteger, conservar y divulgar sobre estos reptiles tan bellos, necesarios y, cada vez más, escasos.

¡Comparte libremente y ayúdanos a conservar!

 Bibliografía

José Mª Amate Blanco, 2012. Fauna ponzoñosa en España: biología e impacto sanitario. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. (PDF).

Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), 2012. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Consultado el: 29/12/16. Disponible en: http://www.isciii.es/ISCIII/es/contenidos/fd-el-instituto/fd-comunicacion/fd-noticias/25-05-2012-Expertos-Ofidios-Rioja.shtml

Quan Van Le. et al, 2013. Pulvinar neurons reveal neurobiological evidence of past selection for rapid detection of snakes. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS) vol. 110 no 47.

SINC, 2014. El ser humano es un extraordinario detector de serpientes. Scientific American Español. Consultado el: 30/12/2016. Disponible en: https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/el-ser-humano-es-un-extraordinario-detector-de-serpientes/#

Sandra C. Soares. et al, 2014. The Hidden Snake in the Grass: Superior Detection of Snakes in Challenging Attentional Conditions. PLoS ONE 9(12).

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