Conociendo a los anfibios y reptiles de la Península Ibérica

entrevista a Fernando Martínez-Freiría

Entrevista a Fernando Martínez-Freiría, investigador especializado en vipéridos.

Entrevista a Fernando Martínez-Freiría, doctor en biología e investigador especializado en vipéridos.

Continuamos nuestras entrevistas bicheras hoy con un gran investigador, referente nacional e internacional en herpetología.

El Doctor Fernando Martínez-Freiría es un herpetólogo e investigador gallego (Tui, Pontevedra) licenciado en biología por la Universidad de Santiago de Compostela y, posteriormente, doctorado por la Universidad de Salamanca. Actualmente es investigador contratado en el CIBIO-InBIO, Centro de Investigación em Biodiversidade e Recursos Genéticos da Universidade do Porto (Portugal).

A sus muchas publicaciones en revistas científicas, añadir un libro, otros tantos capítulos escritos. También ha colaborado en varios proyectos de investigación e impartido decenas de charlas, ponencias, cursos de formación y congresos nacionales e internacionales a lo largo de su carrera profesional.

Es editor asociado en la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles y en Amphibia-Reptilia. Es miembro de GEAS (Grupo de Estudio dos Animais Salvaxes) desde 2003, la AHE (Asociación Herpetológica Española) desde 2004, la APH (Asociação Portuguesa de Herpetologia) desde 2017 y del IUCN Viper Specialist Group desde 2013.
Por último, destacar que tiene una larga experiencia en trabajo de campo en Europa occidental y África del Norte.

Vipera ammodytes

Fernando examinado una víbora cornuda o de arena (Vipera ammodytes) en el Peloponeso, Grecia. Año 2018. Créditos: PHENEVOL

Dan ganas de conocer su trabajo, ¿verdad? ¡Empecemos! ?

– Hola Fernando, bienvenido a este espacio de entrevistas en Bicheando.net. La verdad que es un placer tenerte por aquí.

– Hola Alberto, el placer es mío. Encantado de charlar contigo!!

¿Tu trabajo es también tu pasión? ¿desde pequeño tuviste claro de ser biólogo e investigador?

– Sí, ya desde niño quise dedicarme a la biología. Me crié en un entorno más bien rural, al pie de un parque natural en el suroeste de Galicia y desde siempre me llamó la atención la naturaleza, donde además me encanta hacer deporte. Al principio me atraía mucho ser forestal, pues lo era mi abuelo, pero con el paso del tiempo me ha tirado más y más la investigación, conocer más sobre los bichos en general.

– ¿Qué recuerdos tienes de tus primeros contactos con hérpetos? ¿Por qué te fascinaron desde niño tanto?

– Mis primeros contactos con hérpetos fueron de niño, probablemente con menos de 10 años. Me acuerdo que flipaba con las ranas en las fuentes y pozas, cuando iba con mis padres y abuelos al campo. Siempre me ha llamado la atención la fauna más huidiza y que cuesta ver, y claro, me sorprendía ver una sombra saltar y desaparecer entre la vegetación acuática o entre las piedras.

También me acuerdo de haberme asustado (¡eché a correr en sentido contrario!) una vez con una pelea de lagartos ocelados (me imagino que eran machos en celo) cuando me dirigía andando a casa de mis tíos cerca de casa de mis padres, y también con mi primera serpiente en casa de mis padres, que debía ser una culebra de escalera, pues el recuerdo que tengo de ella es el de unas manchas muy marcadas en el dorso.

Daboia mauritanica

Fernando intentando controlar una gran víbora del Magreb (Daboia mauritanica) en el suroeste de Marruecos. Año 2017. Créditos: Konrad Mebert.

Con Inês Freitas, midiendo la víbora del Magreb una vez capturada. Suroeste de Marruecos, año 2017. Créditos: Konrad Mebert.

– ¿Con quién fueron tus primeros “bicheos” por el campo? ¿primeros amigos de afición que recuerdes, cuando no había redes sociales ni teléfonos móviles?

– Mis amistades antes de empezar la carrera de biología disfrutaban de la naturaleza, donde íbamos a andar en bici, pero no compartían mi afición por bichos. Por otro lado, los bichos me atraían, pero no tenía esa necesidad de salir al campo, quizás porque mi entorno inmediato estaba lleno de bichería… Una vez en la carrera empecé primero con las típicas salidas a ver aves y poco a poco a sacar todo lo que podía.

Durante la carrera he tenido la suerte de conocer a algunos de mis mejores amigos que eran y son unos enfermos por la naturaleza (algunos de ellos continúan enfermos por la conservación de la biodiversidad gallega, aunque ahora más organizados dentro de GEAS). Con ellos, me he movido por gran parte de la Península bicheando a diestro y siniestro. Montábamos excursiones de varios días, algunas relacionadas con asignaturas de la carrera, otras veces nos largábamos y pasábamos bastante de las clases para conocer nuevas zonas y tener la posibilidad de bichear en general.

– ¿Algún libro o publicación o autor de herpetología que recuerdes con cariño de tus primeros años?

– Por supuesto, por lo menos dos guías y un libro: (1) Anfibios y Reptiles de Europa, de Omega (no la del 2017), donde empecé a ver qué aspecto tenían muchas de las especies que no conocía y por dónde estaban distribuidas. Me acuerdo que en la edición que consultara no aparecía Vipera seoanei, solo V. berus y me había quedado muy chafado por lo poco que se sabía de la Península (que tampoco era así, la edición era bastante antigua); (2) Anfibios y Reptiles de la Península Ibérica, de Barbadillo y colaboradores de 1997 (aún está, aunque destrozada, en mi estantería), con la que me enganché a la historia evolutiva y biogeografía de los hérpetos además.

Guía de los anfibios y reptiles de la península iberica, canarias y baleares.

Guía de los anfibios y reptiles de la península iberica, canarias y baleares.

Me resultó muy útil para empezar mis primeras elucubraciones sobre las zonas de contacto de las víboras (si os fijáis, la mayoría de las fotos de víboras son de Burgos!); y (3) Snakes, Ecology and Evolutionary Biology de Seigel, Collins y Novak que básicamente fue mi guía de cómo desarrollar trabajos con serpientes durante mucho tiempo.

– ¿Cómo bichero gallego que especie te fascina más de tu tierra y por qué :-)?

– A ver… esta pregunta tiene trampa, ¿no? Je je je… para mí la especie que más me fascina de Galicia es la víbora de Seoane (Vipera seoanei). Razones muchas, pero entre ellas su variabilidad en los diseños de coloración y que en la zona sur de Galicia (de donde soy) cuesta un poco dar con ella.

Víbora de Seoane con diseño clásico (Vipera seoanei). Créditos: Rafael Vazquez Graña.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei)

Víbora de Seoane con diseño cantábrica (Vipera seoanei). Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei) melánica. Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei) bilineata. Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei) con patrón uniforme. Créditos: Óscar Zuazo.

– ¿En tu entorno te veían con como un rara avis por aquel entonces?

– Creo que en aquellos tiempos y en los actuales… je je je!!! Familia, amigos… ya no te digo gente con la que tenía o tengo menos relación. He escuchado varias veces lo de “mira que hay animales que podrías haber estudiado y escoges las víboras”.

La proliferación de ciertos programas de televisión sobre naturaleza de tipo sensacionalista (no hace falta decir nombres propios) hace que a los que trabajamos con ofidios se nos vea como una especie de “exploradores taraos” que pillan todo a mano descubierta sin importar las consecuencias. Por otro lado, la percepción de que las serpientes son perniciosas, unas alimañas que hay que matar, creo que influye para menospreciar la investigación con ofidios.

– jaja,  bueno y como un rara avis de Galicia a visitar el mundo y conocer hérpetos… ¿Qué país de los que conoces destacarías y por qué?

– Esto es complicado… y tampoco es que haya viajado mucho… además, casi siempre ha sido por trabajo. De forma general lo que más me atrae, a parte de la bichería claro, es la combinación de salvaje, árido/desértico y montañoso.

Marruecos, aunque lo haya visitado muchísimas veces, me flipa cada vez que voy. Su cultura, paisajes y diversidad, con bichos asombrosos… ¡Tener un ambiente tan salvaje como la zona sur o el Atlas a dos días desde casa es impagable!

Por supuesto, Mauritania, otro país que he visitado con cierta frecuencia, es asombrosa. Con el Sáhara que es monumental e interminable y sus montañas que son reductos verdes, llenos de biodiversidad, en medio de tanta aridez. Además, Mauritania para mí es sinónimo de aventura, de expedición de las antiguas, de tirarte varios meses de vida nómada, prácticamente con lo que llevas dentro de un 4×4.

Acampada en el paso de Nega, Mauritania. Expedición de BIODESERTS, año 2008. Créditos: José C. Brito

Recientemente he quedado asombrado con los desiertos de suroeste de Estados Unidos, con su inmensidad y bichería (¡y quién no, claro!) pero quizás sea Namibia la que combina todo, se lleve la palma en biodiversidad y paisajes, y sea la que más me atrae ahora mismo.

Paisaje del desierto de Sonora en Arizona. Año 2019. Créditos: Fernando Martínez-Freiría

Cascabel del desierto (Crotalus cerastes) del desierto de Sonora en Arizona. Año 2019. Créditos: Fernando Martínez-Freiría

– Namibia ha de ser increíble, la verdad… Siguiendo con los viajes, perteneces a varios grupos de estudio entre los que destacar BIODESERTS, donde participas en el estudio de los patrones de distribución de la biodiversidad en el Sahara y el Sahel, ¿podrías resumir esta actividad?

– Sí BIODESERTS es mi grupo principal en el CIBIO, aunque también estoy en otro grupo llamado PHENEVOL, dedicado al estudio de la evolución fenotípica en distintos organismos, incluyendo reptiles.

BIODESERTS tiene tres líneas de investigación principales en zonas áridas. El estudio de los patrones de distribución de la biodiversidad es quizás la más basal y consiste principalmente en mapear las distribuciones de las especies, analizar los factores que intervienen en su distribución e identificar las zonas con mayor diversidad. Esto que parece básico, falta para muchas regiones del norte de África y es imprescindible para poder llevar a cabo estrategias de conservación, por ejemplo.

Esta línea de investigación tiene un componente de trabajo de campo muy importante, pues como digo, muchas de estas regiones han sido poco exploradas y los datos que existen, cuando los hay, provienen de colecciones de museos o trabajos antiguos y tienen muy poca precisión.

Además, es necesario el uso de herramientas como los SIG y la modelación ecológica para analizar los datos y sacarles el máximo partido. Durante años he participado en todas estas facetas en diferentes trabajos realizados en el norte de África.

– También has visitado numerosas colecciones científicas en Museos de Historia Natural Europeos y Norte-africanos. ¿Con cuál o cuáles te quedarías?

– Bueno, en el norte de África no he visitado tantas veces… En Europa me quedo con el Natural History Museum de Londres. Ya lo que es la exposición en sí es alucinante, pero para mí lo increíble ha sido visitar las colecciones, bucear entre los bichos (¡no literalmente!) de investigadores clásicos como Boulenger, Grey… Animales que llevan en la colección hace ya dos siglos.

Distintos ejemplares de víboras conservados en el Museo de Historia Natural de Viena. En primer plano varias víboras del Magreb (Daboia mauritanica). Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

Es realmente un templo de la historia natural y la biología. Está claro que los museos de Madrid, París o Viena, por decir otros museos impresionantes, tienen también colecciones antiguas y muy importantes pero el de Londres a mí me impactó mucho.

– Licenciado en Santiago de Compostela y doctorado en Salamanca… ¿En qué se basó tu tesis doctoral?

– En el estudio de los mecanismos ecológicos que intervienen en el contacto y coexistencia entre las tres especies de víboras ibéricas en el norte Peninsular. Básicamente he estudiado la distribución de las especies, la variación morfológica, la ecología (térmica, trófica, espacial y reproductiva) y el intercambio genético entre las poblaciones en contacto de las 3 Vipera en el norte de España (suroeste de Cantabria y noroeste de Burgos).

Midiendo y extrayendo veneno de un ejemplar híbrido el La Rioja Alta, con Nahla Lucchini, Rafael Vázquez y Urtzi Enríquez. Año 2019. Créditos: Óscar Zuazo

– Esta atracción por los vipéridos viene desde siempre… ¿Crees que a adía de hoy aún hay mucho que averiguar de estas especies tanto ibéricas como europeas y norte africanas?

– Por supuesto. Hay multitud de cosas por averiguar. Esto es evidente en las especies del norte de África, donde es duro sacar datos y existen pocos trabajos sobre aspectos biológicos esenciales. Incluso en las especies europeas e ibéricas, que han sido mucho más estudiadas, existen multitud de aspectos que no conocemos.

La investigación no es tan bonita como parece… sobre todo después de 30 horas con el 4×4 atascado en el barro de una sebkha en el suroeste de Marruecos. Año 2016. Créditos: José C. Brito.

Está claro que no estamos ante lo que ocurre en zonas tropicales, donde se desconocen aspectos tan básicos como la distribución de las especies. No obstante, el actual conocimiento que existe para muchas especies ibéricas/europeas nos lleva a nuevas preguntas y a poder indagar más en la biología de las especies.

Estamos en un momento en el que para ciertos aspectos podemos pasar de un conocimiento descriptivo a algo más funcional. Además, podemos relacionar distintos aspectos biológicos y usar nuestras especies como modelos de estudio en biogeografía, evolución o ecología. Esto por ejemplo ocurre con las zonas de contacto. Con mi tesis se puso en relieve la existencia de hibridación entre la Víbora Áspid (V. aspis) y la víbora hocicuda (V. latastei.).

Pues bien, actualmente estamos desenvolviendo varios trabajos teniendo esto como base, indagando en cómo el intercambio genético y las dinámicas poblacionales de estas dos especies varían según el paisaje, cómo el cambio climático puede afectar a las especies y estos procesos de hibridación, o cómo el intercambio genético puede afectar a la variación del veneno.

– Actualmente trabajas como investigador en Portugal, contratado en el CIBIO-InBIO, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos (Universidade do Porto). ¿Qué hace un investigador como tu allí?

– Sí, llevo ya 10 años en el CIBIO. Portugal ha sabido apostar por la ciencia y actualmente el CIBIO, pero también muchos otros centros portugueses, cuentan con equipos de investigación formados por personas de diferentes nacionalidades que desarrollan sus líneas de investigación, en muchos casos al más alto nivel. Yo he tenido la capacidad y suerte de enganchar varias becas post-doc y ahora un contrato por unos años en el CIBIO para poder desarrollar mis trabajos de investigación.

Midiendo una Echis pyramidum leucogaster durante una expedición de BIODESERTS a Mauritania, año 2012. Créditos: BIODESERTS.

– ¿Eres más un investigador de campo o de “laboratorio”?

– No tengo aptitudes para el laboratorio, soy demasiado impaciente y poco meticuloso con ese tipo de cosas. Recojo muestras, pero yo no las analizo. Por el contrario, el campo me fascina hasta el punto que a veces me paso haciendo campo…

Dicho esto, creo que también hay que tener en cuenta que actualmente no existe esta dualidad campo/laboratorio tan marcada. Los ecólogos y biólogos evolutivos desarrollan experimentos que no requieren laboratorio o basan sus investigaciones en datos disponibles u obtenidos por otros medios.

El trabajo de gabinete, los análisis estadísticos, son quizás nuestro laboratorio… o por lo menos donde más tiempo echamos es sin duda delante del ordenador.

– Tus líneas de investigación se centran en el estudio de la biogeografía, la ecología y la conservación de las poblaciones naturales de reptiles europeos y del norte de África, en particular las serpientes vipéridas. ¿Qué objetivo tienen tus investigaciones?

– Básicamente pretendo integrar diferentes tipos de datos (genéticos, morfológicos, de variación del veneno, fisiológicos) para identificar patrones biogeográficos y los posibles procesos que han originado estos patrones, con el fin de saber qué debemos conservar y dónde tenemos que hacerlo.

En el desierto, mucha gente se pierde, tienen problemas de algún tipo, y en muchas ocasiones, abandonan su vehículo. Miembros de BIODESERTS en el Parque Nacional de Diawling, expedición del 2011 a Mauritania. Créditos: José C. Brito.

– Para los que no están duchos en terminología científica y quieren después consultar tus publicaciones sobre víboras ibéricas, y ya que lo repites mucho… ¿Qué significa que las especies viven en sintopía o en simpatría? ¿y alopatía y parapatría? Te retamos a que lo resumas de la forma más coloquial posible jeje

– A ver si lo consigo… a ver, sintopía es coexistencia, quiere decir ocurrir en el mismo sitio, en el mismo momento. Ir al campo y en el mismo arbusto encontrarte un ejemplar de V. aspis y otro de V. latastei. Simpatría, parapatría y alopatría son términos más amplios en cuanto a escala, se refieren normalmente a distribuciones.

Simpatría se dice cuando las distribuciones se solapan, es decir, cuando dos especies pueden encontrarse dentro de una misma cuadrícula UTM de 1×1 km o 10×10 km. Que solapen la distribución no siempre quiere decir que coexistan pues puede que dos especies estén en la misma cuadrícula, pero en hábitats diferentes o con diferentes actividades. La escala es muy importante.

Las víboras ibéricas están distribuidas de manera parapátrica pero en algunas zonas las distribuciones se solapan, es decir, están en simpatría. En este mapa se muestran las distribuciones de las tres especies ibéricas a escala UTM 10×10 km, mostrando las áreas de simpatría entre las especies. Fuente: Loureiro et al. (2008) y SIARE (2020)  https://bit.ly/3hGh8XK – https://bit.ly/303cuxb

Parapatría se dice cuando las distribuciones de 2 o más especies son contiguas, adyacentes, pero no (o casi no) se solapan y alopatría es cuando las distribuciones están separadas, no son adyacentes, por ejemplo, porque existe una barrera entre ellas.

– Perfecta explicación pero creemos importante recalcar estos conceptos porque se dan mucho en ciertas investigaciones sobre híbridos. Y hablando de híbridos, ¿por qué es interesante estudiar una zona de triple contacto entre especies como las víboras ibéricas?

– Por varios motivos. A nivel evolutivo y ecológico nos puede ayudar a entender cómo han divergido las especies y en función de esto cuáles son los mecanismos que existen para evitar ser la misma entidad otra vez. Cuanto más divergentes son las especies, es decir, cuanto más tiempo llevan separadas, menos semejantes son ecológicamente y por lo tanto no suelen coexistir.

Por el contrario, las especies menos divergentes, suelen ser más similares ecológicamente y tienen que desarrollar mecanismos que eviten o reduzcan la coexistencia y/o la hibridación.

Las zonas de contacto también tienen mucha relevancia para estudiar los efectos del cambio climático sobre las dinámicas de las poblaciones de las especies en contacto. La distribución de muchas especies (como los reptiles) está determinada por factores climáticos.

En las zonas de contacto, el paso de una especie a la otra puede estar determinado, por ejemplo, por la temperatura y pluviosidad: una especie está en las zonas más cálidas y secas, localizadas en el sur, y la otra en las más frías y húmedas, localizadas en el norte. Las zonas de contacto nos permiten monitorizar como las variaciones climáticas pueden afectar directamente a las poblaciones que viven al límite de la distribución y en muchos casos podrían llevar a la expansión o contracción de las especies.

– Este tipo de zonas se dan en otras partes de Europa o norte de África…

– Sí, por supuesto. Desde los años 1970´s se han ido conociendo zonas de contacto entre las especies europeas. Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando se ha profundizado en el estudio de estas zonas en países como Portugal, España, Italia, Francia o Eslovenia. En el norte de África estas zonas de contacto se van desvelando poco a poco, principalmente con observaciones publicadas en pequeños trabajos. Sin embargo, no existe para nada el conocimiento que existe de las zonas de contacto en Europa.

Esta es la primera observación de víboras realizada por Fernando en la zona de contacto del Alto Ebro, en el año 2004. Los ejemplares fueron medidos y analizados tras la cópula. Los caracteres morfológicos eran intermedios entre V. aspis y V. latastei. Análisis genéticos posteriores confirmaron que eran ejemplares híbridos entre las dos especies. Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

– ¿Pueden hibridar las 3 especies de víboras ibéricas?

– Sí, se da en las tres, aunque de manera más frecuente entre V. aspis y V. latastei que son las especies más próximas filogenéticamente (son especies hermanas), con requerimientos ecológicos más similares y que coexisten en ciertas zonas. V. seoanei es de las tres especies la más alejada filogenéticamente y casi siempre se encuentra bien separada, pues sus requerimientos ecológicos y los hábitats que ocupa son muy diferentes a las otras dos.

– ¿Estos híbridos tienen la capacidad de reproducirse a su vez?

– Sí. Los resultados que obtuvimos sugieren que la “población híbrida” del Alto Ebro (V. aspis x V. latastei) se mantiene pues los híbridos se reproducen entre ellos y con las especies parentales. Hemos registrado el parto de varias hembras híbridas y las crías son en su mayoría viables. Digo en su mayoría porque también es evidente que hay crías que no lo son y también que muchas madres tienen una fertilidad baja.

– ¿Qué tienen en común los 13 géneros de víboras verdaderas (Viperinae) y sus más de 100 especies?

– Pues que comparten un ancestro en común (son un grupo monofilético) y, por lo tanto, hay una serie de características comunes entre ellas. Quizás la más conocida, por oposición a los crótalos (“pit vipers”) es la ausencia de fosetas sensoriales térmicas. Dentro de las Viperinae existe muchísima diversidad de formas de vida, con especies adaptadas a ambientes muy extremos como pueden ser los desiertos o los ambientes de alta montaña. Son realmente un grupo que ha hecho de la adversidad ambiental su medio de vida.

Víbora de la arena (Cerastes vipera) Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

– ¿Hay alguna distinción entre las otras especies y las nuestras?

– Sí claro, muchas. Tamaños, colores… tipos de reproducción (las Vipera son todas vivíparas pero hay géneros/especies que son ovíparas), sería algo largo de contar…

– Actualmente estás mucho más centrado en una víbora endémica ibérica: la víbora Cantábrica o de Seoane (V. seoanei). ¿Aún sigue siendo una especie poco conocida, ¿verdad?

– Bueno, he dedicado mucho trabajo a la víbora de Seoane y sigo haciéndolo, pero actualmente es una especie más dentro de las líneas de investigación que llevo a cabo.

Aunque hemos avanzado mucho en el conocimiento de esta especie (a nivel de variación morfológica y biométrica, historia evolutiva y conservación) hay mucha información qué desconocemos. Quizás lo más intrigante para mi es a qué se debe la variación geográfica tan marcada que existe en los diseños de coloración de esta especie.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei) con un patrón especial: Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

– Yo mismo he observado ejemplares de esta especie en hábitats más secos y con climas más continentales (veranos calurosos y secos e inviernos fríos), cuando se presupone es una especie de ecosistemas húmedos y climas más suaves.

– Me imagino que te refieres a las poblaciones de la cordillera Cantábrica en su vertiente sur, en las provincias de Ourense, León, Palencia, Burgos… lo que se consideraba la subespecie cantábrica (actualmente considerada como un morfo). Claramente estas poblaciones están adaptadas a unos ecosistemas con climas continentales donde los veranos son más secos y calurosos. Yo lo veo como la parte más extrema de las condiciones que soporta la especie.

Otras especies muestran una variabilidad semejante, por ejemplo, podemos pensar en V. aspis que vive desde del nivel del mar hasta los 3000 m en los Alpes o en Vipera latastei que en el norte de Portugal ocupa zonas de costa con clima Atlántico. Las especies cuentan con adaptaciones morfológicas y comportamentales para vivir en estos ambientes tan extremos, quizás este sea el origen del diseño y coloración cantábrica en V. seoanei. 

– Según tus investigaciones, ¿esta especie está teniendo una respuesta adaptativa positiva a las presiones ambientales y ecológicas o es todo lo contrario?

– Desconocemos la respuesta adaptativa de la víbora de Seoane. Sin embargo, hay evidencias de que la especie ha desaparecido de muchas áreas donde existía, en muchos casos por pérdida y transformación del hábitat. Por otro lado, nuestras predicciones muestran que la especie perderá hábitat en toda su área de distribución, progresivamente a medida que aumentan las temperaturas.

Las pérdidas que pronosticamos son muy elevadas y aunque no tenemos en cuenta la capacidad adaptativa de la especie (porque la desconocemos), este escenario nos sugiere que la víbora de Seoane es muy vulnerable al cambio climático. Esta situación se agrava en el sur de la distribución (sur de Galicia, Portugal, León) donde las poblaciones están frecuentemente aisladas en núcleos montañosos, rodeadas por hábitat desfavorable. A veces climáticamente desfavorable, otras veces desfavorable por acción del ser humano.

– Por qué tienen, las víboras ibéricas, tanta presencia en zonas agrícolas, más allá de las zonas donde han ido siendo históricamente restringidas (valles, sierras, zonas dunares protegidas…)

Yo creo que donde los competidores no existen o las víboras son mejores competidoras (ambientes extremos),éstas pueden tener densidades elevadas.

– ¿Qué nivel de amenaza tienen las especies de víboras ibéricas? ¿Cuál es la quizá más amenazada y escasa?

– Sin duda, a nivel Ibérico, la víbora hocicuda y la víbora de Seoane son las especies más amenazadas de las tres. Actualmente estamos re-evaluando el estado de amenaza de las poblaciones de ambas especies, cosa que no es fácil pues de forma general carecemos de mucha información como, por ejemplo, datos demográficos de las poblaciones.

En cuanto a la más escasa, esto depende de las poblaciones y las regiones. La víbora hocicuda es sin duda la más escasa en relación a la distribución tan grande que tiene.

Fernando midiendo un ejemplar de Vipera latastei en Ourense. Año 2019. Créditos: Moisés Asensi.

– ¿Cuáles son sus principales amenazas?

– Para la víbora de Seoane, ya he señalado antes que el cambio climático es probablemente el factor más importante de amenaza, mientras que para la víbora hocicuda es sin duda la pérdida y transformación del hábitat. Otras amenazas menores, quizás con cierta repercusión local, son la muerte directa y los atropellos.

– ¿El cambio climático está haciendo que otras especies ofiófagas como la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) estén haciendo retroceder al conjunto de especies de víboras?
– No lo sabemos al 100% pero sí hay indicios viendo que Malpolon está en expansión y que las zonas donde hay Malpolon las poblaciones de Vipera (V. aspis y V. latastei) no existen o tienen efectivos muy bajos.

culebra bastarda (Malpolon monspessulanus

Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Una especia ofiófaga que no duda en depredar otras culebras o víboras. Créditos: Alberto González.

El alimento (las presas principales: roedores) es, probablemente, un aspecto muy condicionante. Donde hay alimento en abundancia Malpolon y Vipera pueden coexistir, cuando no, Malpolon acaba por dominar. Esto habría que probarlo claro, pero para mí tiene mucho sentido pues hablamos de una especie generalista, con gran capacidad de dispersión y a la que los ambientes perturbados, cada vez más frecuentes, parecen irle muy bien.

– ¿Qué le dirías a un agricultor que tiene miedo, en general de las serpientes?

– En general siempre intento mostrar lo beneficiosas que son las serpientes para el campo, que no son peligrosas si se las deja en paz. Pregunto qué opina y qué sabe de estos animales e intento desmitificar las leyendas que existen en torno a los ofidios.

De todas maneras, una cosa es el miedo (de verdad, las fobias), que yo creo que es muy difícil combatir pues es algo psicológico, y otra cosa es el asco o la aversión que tiene mucha gente y que siempre lleva a la muerte del animal. Tenga miedo o no, lo que tenemos que intentar es que exista respeto hacia los ofidios, así como a toda la fauna.

– ¿Por qué es importante ayudar en su conservación en la Península y a nivel global?

– Existen muchos motivos para apoyar la conservación de las víboras a distintas escalas. De una manera general, como para toda la fauna, los motivos pueden ir desde querer mantener nuestro patrimonio biológico (por ejemplo, querer preservar la víbora de Seoane porque es única, endémica de la Península), a la necesidad de preservar el papel de las especies en los ecosistemas para que éstos se mantengan lo mejor posible (de manera egoísta para nosotros, los seres humanos, pero también para el resto de la diversidad).

Extracción de veneno en un juvenil de víbora bufadora (Bitis arietans). Véase el colmillo de reposición tras el principal. Marruecos 2018. Créditos: Ignazio Avella.

Las víboras son un grupo fascinante desde diversos puntos de vista; en cuanto a su biología, por su simplicidad estructural (como otras serpientes), sus adaptaciones y capacidad de habitar ambientes extremos (viviparismo), y, también, por la capacidad de producir veneno. La investigación sobre los venenos es un tema recurrente usado para resaltar la importancia de las serpientes venenosas, pues los venenos, aparte de ser evolutiva y ecológicamente fascinantes, pueden tener aplicaciones clínicas y terapéuticas.

– ¡Cambiemos de continente! Tus principales especies objetivo, además de las víboras ibéricas y europeas, son las víboras del norte de África, como la víbora hocicuda norteafricana (V. latastei), la víbora morisca (Daboia mauritanica) ola víbora enana del Alto Atlas (V. monticola). ¿Tienen algo en común que te haya atraído o es su divergencia evolutiva o plasticidad ecológica y geográfica lo que te atrae?

– Pues en común tienen el área geográfica, que habitan zonas áridas o de montaña, y que están poco estudiadas. En general me atraen las especies de vipéridos y mi intención es trabajar con todas las que pueda.

El norte de África ofrece la posibilidad de estudiar varias especies adaptadas a diferentes condiciones climáticas y que muestran trayectorias evolutivas y ecologías diferentes en muchos aspectos. Hay algunas especies con las que es más difícil obtener datos, pues son en general escasas, pero poco a poco, a base de juntar jornadas de campo, complementar los datos con lo que existe en museos y, sobre todo, colaborar con otros investigadores, pues se va avanzando.

– ¿Si solo pudieras investigar una de ellas, cuál sería? ?

– Si mi investigación dependiera de una sería de Cerastes cerastes, que es una especie fascinante (con todo el tema de adaptación a condiciones desérticas) y que además se encuentra con relativa frecuencia (siendo un buen modelo de estudio).

Víbora cornuda del Sáhara (Cerastes cerastes). Créditos: Fernando Martínez-Freiría.

Vipera monticola es también muy interesante debido a su adaptación a las condiciones de alta montaña. Sin embargo, en general es poco abundante y está muy localizada (aunque esto también tiene su aliciente a los que nos gusta patear y acampar por encima de los 2500 m de altitud).

– ¿Por qué hay tanta biodiversidad hérpeta en el Magreb?

– El Magreb es lo que se conoce como una zona de cruce biogeográfico (“biogeographic crossroad”) donde confluyen especies de origen mediterráneo (Daboia), sahariano (Cerastes) e incluso, de sabana (Bitis) y sahelianas (Echis). Además, debido a su carácter montañoso, existen muchas especies montanas relictas (Vipera monticola).

– ¿Estas investigaciones se hacen en equipo? ¿Hay colaboradores o voluntarios de apoyo?

– Sí, todo este tipo de investigaciones se suelen hacer en equipo. Actualmente trabajo con varios investigadores doctorados y otros que están en proceso, alumnos de máster y también de prácticas. Además, cuento con muchos amigos que colaboran en el trabajo de campo, me ceden datos y fotos, me pillan bichos atropellados… Sería imposible llevar a cabo todo esto sin ell@s.

Con Urtzi Enríquez, Nahla Lucchini, Frederico Corga e Ignazio Avella, vuelta a la civilización tras varios días de muestreo para la víbora enana del Alto Atlas (Vipera monticola). Marruecos,

– ¿Por qué es tan importante publicar estos estudios y datos, y hacer que lleguen a las administraciones en cuanto a conservación?

– Es importante porque al final es la administración la que decide y destina fondos y medios para conservación. De todas maneras, por mucho que los investigadores hagan publicaciones diciendo que, por ejemplo, una especie es importantísima y se encuentra en un estado de conservación lamentable, si no hay una repercusión mediática de esa publicación, la administración rara vez la considera. Incluso con esto, existe mucha desconexión entre investigación y administración, y creo que los dos colectivos tienen que trabajar para mejorar esto.

– ¿Has sido consciente del efecto del cambio climático en los últimos 10 o 15 años en nuestros hérpetos? ¿qué especies ibéricas crees que están sufriendo más este cambio climático? ¿Cuáles se están adaptando mejor en la península?

– Yo creo que todo el mundo se está dando cuenta que ciertas especies adaptadas a condiciones húmedas son cada vez más escasas y/o difíciles de encontrar. Yo lo veo por ejemplo con las poblaciones sureñas de Vipera seoanei, zonas donde antes existía y ahora es muy difícil sacarlas pues ya no existen condiciones óptimas para su existencia.

Claro que también existe un efecto de pérdida y transformación del hábitat muy importante, y es difícil de separar este efecto del cambio climático.

Las que mejor se están adaptando yo creo que son las de ambientes mediterráneos y generalistas. Ya hemos hablado de Malpolon que, para mí, sin duda es y será cada vez más frecuente en los territorios norteños…

Midiendo una cobra egipcia (Naja haje), suroeste de Marruecos, año 2018. Créditos: Ignazio Avella.

– Hablemos un poco ahora de los anfibios… Creciste rodeado de salamandras entiendo… ? Y los anfibios lógicamente también te apasionan y te atraen… ¿Si pudieras desdoblarte, qué especie o género de anfibios te gustaría investigar y desde qué enfoque?

– Sí, las salamandras son abundantes por mi zona, como en muchos otros sitios del norte. Los anfibios me gustan, aunque no soy un súper apasionado de ellos… Actualmente ayudo de vez en cuando en algún trabajo sobre biogeografía de salamandras que son un grupo realmente fascinante y también he colaborado y colaboro en trabajos con otros anfibios… sin embargo, si me pudiera desdoblar, no trabajaría con anfibios, seguramente lo haría con otros reptiles, a poder ser de esos sin patas…

– jaja Ok… ¿Qué opinas, en tu experiencia e investigaciones, del actual status de los anfibios y reptiles de España? ¿Gozan de buena salud?

– Es evidente que no. Nuestros impactos como seres humanos son cada vez más grandes y esto tiene una repercusión brutal en estas especies que antes seguramente eran muy abundantes.

– ¿Y qué podemos hacer cada uno de nosotros, más allá de la política y la ciencia actuales?

– Yo creo que reducir nuestro impacto como seres humanos y ayudar a la concienciación de otros.

– ¿Cómo se podría concienciar a los políticos y representantes sobre los problemas de la desaparición de los hábitats, contaminación y enfermedades de estos animales?

– Creo que más que concienciar, tiene que existir un cambio de perspectiva por parte de nuestros representantes (y de la sociedad en general). Se han hecho y se hacen muchas campañas de concienciación, más bien intentos de concienciación, a distintos niveles, y de manera general, todo cae en saco roto cuando se insta a que nuestros representantes tomen medidas que favorezcan un desarrollo “más verde”, que tenga en cuenta nuestra biodiversidad.

Probablemente se tomarán medidas drásticas cuando se nos venga encima el impacto económico que supone la pérdida de la biodiversidad y el colapso de muchos ecosistemas.

 ¿Crees que hay demasiada distancia entre los biólogos de carrera y los aficionados a la herpetología? ¿crees que podrían colaborar más unos con otros? ¿Cómo?

– Pues eso en mi opinión creo que depende mucho de las personas, no hay una regla general. Dentro de los herpetólogos aficionados y por un lado veo que hay personas que se contentan con ver un ejemplar de cada especie, con fotografiarlos, como que tacharlos de su lista… y no van más allá de eso.

Hay personas que sienten gran admiración por las serpientes, por ejemplo, y parece que lo único que pretenden es manipularlas y hacerse una foto con el ejemplar más grande, para después poder compartir la foto.

En el otro extremo, tengo muchos colegas que se desviven por sacar bichos en nuevas cuadrículas cada vez que van al campo, por mapear los registros, colectar muestras, analizar diferencias entre ejemplares… etc. Claramente tienen un interés en conocer la biología, la distribución, la historia natural de las especies. Se hacen cuestiones semejantes a las que se pueden hacer los biólogos y en muchos casos se informan, leen, incluso trabajos técnicos.

Siempre se puede aumentar la colaboración entre biólogos y aficionados. Internet, las redes sociales son quizás el mejor medio para esto pues ponen en contacto a unos y otros, y permiten poder compartir información de una manera muy fácil y directa.

En los congresos de herpetología, en las charlas durante jornadas de conservación o temas por el estilo, también se fomenta este acercamiento e intercambio de ideas entre unos y otros. Y claro está, el mejor sitio, es bicheando 🙂

– Sí, hay de todo en esta afición… y por desgracia algún «experto de sillón» buscando la fama rápida a costa de los animales… Es la cultura actual de las Redes Sociales en muchos otros ámbitos también. 

Cambiando de tema… ¿Cuándo acabe todo esto del coronavirus, a nivel profesional que tienes pensado hacer?

– Pues seguir con lo mismo. Hacer campo, seguir con mis proyectos… a ver si se relaja un poco la cosa y puedo moverme de continente sin fallo… aunque yo creo que este tipo de enfermedades han venido para quedarse y tendremos que adaptarnos a convivir con ellas de la mejor forma posible.

– ¿Futuros proyectos?

– A nivel investigación, realmente continuar y avanzar con los que ya tengo como son el estudio de la composición de los venenos en los vipéridos ibéricos y norteafricanos, el estudio de nuevas zonas de contacto entre víboras ibéricas y del norte de África, y el estudio de la diversificación de las víboras Euroasiáticas. En estos proyectos estoy llevando tesis de doctorado y la verdad es que pintan muy bien por los temas y sobre todo por la implicación de los estudiantes que las están llevando a cabo.

Víbora de Peringuey (Bitis peringueyi). Namibia 2019. Créditos: Fernando Martínez-freiría.

Poco a poco también me estoy metiendo en el estudio de otras especies serpientes y vipéridos en particular en otras regiones áridas como Namibia. Ya he realizado trabajo de campo y para el año tengo planeadas nuevas visitas a los desiertos y zonas áridas de este país. A corto plazo pretendo crear, junto con alumnos y colaboradores, un grupo de estudio especializado en la biogeografía, ecología y conservación de serpientes.

– Y por último, nuestra pregunta bichera del millón que hacemos a todos los entrevistados… ¿En qué hérpeto te reencarnarías en tu próxima vida si pudieras elegir?

– Me gustan mucho los Uromastyx 🙂

uromastyx nigriventris

Lagarto de cola espinosa marroquí (Uromastyx nigriventris) relativamente común en muchas zonas del país norteafricano. Por desgracia recolectado y vendido en los zocos. ¡No compres animales salvajes! :-). Créditos: Alberto González.

– ja ja ¡Los lagartos de cola espinosa! ¡Duros como piedras! ¡Buena elección! 🙂 Muchísimas gracias por tu tiempo y tus palabras, Fernando. ¡Hemos aprendido muchas cosas hoy seguro!

– De nada… muchas gracias a ti por esta entrevista y sobre todo por tu labor divulgativa.

—-

Aunque Fernando no es mucho de redes sociales, pero puedes seguir su trabajo a través de:

https://www.facebook.com/fernando.m.freiria 
https://cibio.up.pt/people/details/fmfreiria
https://scholar.google.es/citations?user=j9qXhHMAAAAJ&hl
https://biodeserts.cibio.up.pt/
https://www.facebook.com/phenevol

Y si sigues con ganas de ver víboras, aquí un vídeo relacionado…

Y una gran galería de fotografía de víboras ibéricas en nuestro perfil de facebook, creada por muchos autores para tu disfrute. Si quieres aportar alguna fotografía, escríbenos a hola@bicheando.net

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2 comentarios

  1. Juan Angel de la Torre

    Muchas gracias por la entrevista , es una gozada y un placer leer a Fernando, tuvimos la suerte de disfrutarlo en una charla que dió en mi Instituto de secundaria en Medina de Pomar, Burgos cuando vivía en Valdelateja, cerca de Medina para hacer su tesis, fue magnífico. Felicidades por la entrevista.

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