Encuentros con la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica)
En nuestro reciente viaje a Portugal y Galicia, del que ya te hablamos en nuestro anterior artículo sobre «Anfibios de Portugal«, obtuvimos tanta cantidad de material gráfico y filmado sobre la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica) que merece un capítulo aparte en este Blog.
La joya anfibia portuguesa por antonomasia es La salamandra lusitana o rabilarga (Chioglossa lusitanica). Existen dos subespecies, una al norte del río Mondego en Portugal, C. l. longipes y otra al sur, C. l. lusitanica. Además del rango de distribución, se diferencian porque la subespecie septentrional posee las patas y los dedos más largos.
Este extraño anfibio urodelo tiene cuerpo exageradamente alargado y cilíndrico, en el que destaca su larguísima cola, nos sorprendió comprobar que puede llegar a representar 2/3 de la longitud total de unos 12 cm que los ejemplares alcanzan por regla general en la edad adulta.
Destacan sus dos bandas doradas longitudinales (sobre un fondo pardo oscuro), que se unen al final de la espalda para formar una sola línea dorsal en la cola. De hecho se cree que la cola tan larga sirve para proporcionar al animal un «escape» contra algún depredador, ya que puede desprenderse si se le agarra. El fenómeno se llama “autotomía caudal”, y se produce en vertebrados como las lagartijas para despistar a un potencial depredador.
La cola de la salamandra rabilarga crecerá de nuevo rápido, pero es importante destacar que los anfibios también almacenan grasas en sus colas, además en este caso, la cola le sirve como medio de locomoción acuática: al agitarla de un lado y otro se mueve con mayor soltura y rapidez en el agua, donde le encanta estar ya que nada muy bien. Gran parte de su respiración la hace a través de la piel, con lo que puede estar varios minutos en el agua sin necesidad de salir a la superficie a respirar.
Su vida se le asocia a arroyos limpios y fríos (con buena cantidad de oxígeno), por lo que se la considera un bioindicador de la calidad del agua y de la salud del ecosistema donde habita, en general.
Como pudimos observar, la salamandra rabilarga (chioglossa lusitanica) es muy diferente de cualquier otra salamandra peninsular o europea en todos los sentidos (morfológico, genético, biológico, de comportamiento…)
A primera vista, según su morfología, se diría que es un descendiente lejano de las salamandras de la familia Plethodontidae, Las salamandras apulmonadas americanas compuesta por unas 453 especies…
…o bien de la preciosa Salamandra caucásica (Mertensiella caucasica).
Sea como fuere, está aquí, es patrimonio de todos y te vamos a contar nuestros fascinantes encuentros con nuestra protagonista de hoy.
Nuestro primer encuentro con la salamandra rabilarga fue sin duda uno de los momentos más especiales para mi, ya que nunca había podido observarla en vivo, y además, pude visitar la zona donde hay la mayor concentración mundial de la especie, las minas romanas cercanas a Oporto: cientos de galerías y túneles repartidos por varias montañas y cuya localización exacta no la mencionaremos para preservar la zona de potenciales «intrusos».
El hecho es que, según pudimos observar, esta especie se desenvuelve perfectamente en galerías, grutas y cuevas con casi un 100% de humedad relativa, muchas piedras para refugiarse y corrientes de agua. Y como comprenderás, las minas abandonadas son una elección excelente.
Así que nos adentramos en las minas romanas, en una oscuridad absoluta y poco espacio y pronto el mundo oculto de este anuro en la mina se iluminó para nosotros.
Había cientos de huevos tanto debajo de las piedras como el las paredes de la mina. Las larvas se contaban por miles y los ejemplares adultos y juveniles aparecían por doquier…
Perlas vivientes que no muchos aficionados ha contemplado en su vida. ¡Un regalazo a la vista que compartimos contigo!
Las hembras hacen puestas de entre 12 y 18 huevos y según la literatura publicada, la incubación dura entre 2 y 3 meses. las larvas crecen rápido y antes del año de edad ya tienen un tamaño adecuado para reproducirse.
Sobre su longevidad, hay varias afirmaciones, pero ninguna habla de más de 4-5 años de vida de los individuos. Vive rápido y se reproduce rápido.
El lugar y la especie son únicas. Las paredes llenas de minerales y hierro (donde también se encontró oro en su día), agua chorreando por todas partes y un silencio mágico, hacen de esta experiencia una de las más especiales que hemos tenido.
Después de un rato con un 100% de humedad ambiente, las luces eléctricas y las cámaras empezaron a fallar y nos vimos obligados a salir de las minas al exterior.
Anduvimos también por las proximidades de las minas e investigamos por las cercanías de los arroyos que bajaban de la montaña y, ¡sorpresa! vimos otros tantos ejemplares, siempre al lado de zonas húmedas o corrientes de agua.
La siguiente imagen es una de esas fotos que expresan la felicidad más absoluta. Gracias José lemos por la instantánea. 🙂
Al día siguiente, y todavía con la felicidad en el cuerpo, fuímos hacía el norte para ver si podíamos también fotografiar esta especie en tierras Gallegas. Gracias al consejo de Rafael Vázquez Graña, que no pudo acompañarnos, y a la buena guía de Emilio Ramírez Oviedo, también pudimos disfrutar de esta asombrosa especie…
En este caso estuvimos por la zona de Lugo y, en lo que nunca hubiésemos imaginado que pudiera habitar la salamandra rabilarga, ya que era un minúsculo arroyuelo (eso sí en una zona muy húmeda) encontramos varios ejemplares juveniles…
Había varios debajo de las piedras del curso de agua y en el lecho de la corriente y disfrutamos Emilio y yo de otro momento mágico en nuestro viaje.
En la zona esta especie coexiste con la rana patilarga (Rana iberica)…
…y con la salamandra común, que salió a «saludarnos» nada más llegar.
En definitiva una experiencia inolvidable que también pudimos filmar y que puedes ver en este vídeo de nuestro canal de youtube. Si has leído hasta aquí, te lo has ganado. 😉
Gracias por tu tiempo y, !Comparte libremente!