Conociendo a los anfibios y reptiles de la Península Ibérica

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Doble viaje herpetológico a Burgos en busca de víboras.

<Herp trip looking for iberian adders in Burgos (spain)>

Antes de que el otoño llegase con toda su crudeza a la meseta norte de Castilla León decidí visitar tierras burgalesas en dos fines de semana casi consecutivos (último de septiembre y segundo de octubre).

El objetivo era ver las 3 especies de víboras de la península ibérica entre las dos salidas, aunque intentar verlas todas en 24 horas era para mi el verdadero reto.

Tuve la suerte de estar al lado de Iván Ruiz y Mario Toledo, de Wild films Channel, en la primera salida en septiembre y de bichear con Enrique Ruiz Ara (www.ruizarafoto.es) y Jus Pérez (www.labonucadeodon.blogspot.com) en octubre. Sin ellos no habría sido posible ver tanto hérpeto ni haberlo pasado tan bien. ¡Gracias chicos por tantos momentazos!

Jus y kike, afotando una V. latastei

Mario e Iván, con un Lacerta viridis.

La verdad es que desde siempre me ha gustado el norte de Burgos porque, además de poder encontrar víboras (por lo que es mundialmente conocido en el mundillo de la herpetología -aunque hay sitios mejores-) puedes encontrar (y sobretodo me gusta por esto) mucha variedad de ecosistemas y zonas de contacto o tránsito. Esto hace que haya un gran número de ejemplares, subespecies… con cierta “mezcla” en color, tamaño, forma… y por supuesto en diversidad de hábitats donde viven etc.

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Víbora cantábrica (V. seoanei) en clima mediterráneo continental del norte de Burgos… Créditos: Alberto González

Y después de esta breve introducción, vamos ya ha contarte los 4 días de bicheo y los encuentros que tuvimos. ¿Vimos o no vimos las tres especies? Continúa leyendo y averígualo por ti mismo.  😉

Día 1. sábado 28 septiembre.

30 grados día. 15 grados noche. Despejado. Sin viento.

Iván, Mario y yo nos hicimos una buena madrugada, saliendo sobre las 5:45 de la mañana de Madrid, rumbo al Noroeste de la provincia de Burgos. Sobre las 9:00 Llegamos al primer punto, al sureste de Aguilar de Campoo, para ver si podíamos localizar rápidamente y con algo de suerte alguna víbora de Seoane (Vipera seoanei), de las poblaciones más mediterráneas y sureñas que existen, soleándose por la mañana.

Tuvimos suerte y en pocos minutos apareció la susodicha. Sorprende encontrar poblaciones de esta especie en hábitats de carácter marcadamente mediterráneos. Y es que a la víbora cantábrica o de Seoane (Vipera seoanei) se la asocia normalmente con hábitats “húmedos”, bosques y matorral bajo del norte, y no campos de cultivo y ecosistemas mediterráneos de cereal de la meseta castellana.

Vipera seoanei. Créditos: Alberto González

Vipera seoanei. Créditos: Alberto González

Una vez vista la primera especie, encontramos también un par de sapos corredores (Epidalea calamita), rana común (Pelophylax perezi) y algún tritón jaspeado (Triturus marmoratus).

Rana vede común (Pelophylax perezi) -Madrid-

Rana verde común (Pelophylax perezi). Créditos: Alberto González

Sapo corredor. Créditos: Alberto González

Tritón jaspeado (Triturus marmoratus)

Tritón jaspeado (Triturus marmoratus). Créditos: Alberto González

Seguimos nuestro camino, ya más al noreste a ver si encontrábamos a la víbora áspid (Vipera aspis). Y es que a pocos kilómetros se pueden encontrar ya esta especie, junto a víbora hocicuda (Vipera latastei).

En un pueblo al sur del Embalse del Ebro salieron varios lacértidos comunes en la zona como el precioso lagarto verde occidental (Lacerta bilineata), el lagarto ocelado (Timón lepidus) y la lagartija parda (Podarcis liolepis).

lagarto verde occidental (Lacerta bilineata)

lagarto verde occidental (Lacerta bilineata). Créditos: Alberto González

lagartija parda (Podarcis liolepis). Créditos: Alberto González

Timon lepidus. Créditos: Mario Toledo.

Timon lepidus. Créditos: Mario Toledo.

También pudimos observar un ejemplar de culebra lisa meridional (Coronella girondica) con el característico vientre ajedrezado, si bien en este caso estaba además muy colorido.

Coronella girondica. créditos: Alberto González

Coronella girondica. créditos: Alberto González

Salieron a nuestro encuentro en varias ocasiones varios sapos comunes (Bufo spinosus) de diferentes tamaños. Una alegría dada la drástica recesión que esta especie está teniendo en algunas zonas peninsulares.

Sapo común: créditos Mario Toledo

Bufo spinosus: créditos Mario Toledo

Lagarto verde occidental (Lacerta bilineata). Créditos: Alberto González

Mario, en un hábitat típico de la meseta burgalesa.

Paramos a comer algo sobre las 15:00 horas (se había pasado la mañana volando) y después ya por la tarde entramos en el valle de Sedano (otro punto muy famoso en herpetología pero que no entendemos bien el porqué) donde sólo pudimos observar larvas de tritón ibérico (Lissotritón boscai), sapo partero común (Alytes obstetricans) y rana común (Pelophylax perezi) en un par de fuentes.

Ya por la tarde buscamos en un par de puntos más al este y pudimos observar la otra especie de culebra lisa, la europea (Coronella austriaca) mientras buscábamos víboras.

Coronella austriaca. Créditos: Ivan Ruiz

Coronella austriaca. Créditos: Ivan Ruiz

El sol descendía ya acercándose al horizonte cuando decidimos ir a otro punto donde conviven las víboras hocicuda y áspid, por si teníamos la suerte de ver alguna activa a última hora del día.

Tras una búsqueda intensa (el sol se cernía ya detrás del horizonte) encontramos un precioso ejemplar de Víbora áspid (Vipera aspis) en medio de una llanura, a pocos metros de un muro antiguo. De hecho Mario y yo casi la pisamos sin querer ya que íbamos andando de un muro a otro y no pensábamos pudiera estar tan expuesta una serpiente por ahí.

Víbora Áspid (Vipera aspis)

Víbora Áspid (Vipera aspis) Créditos: Alberto González

Víbora Áspid (Vipera aspis)

Víbora Áspid (Vipera aspis) Créditos: Alberto González

Como puedes ver una auténtica maravilla de bicha a la que había que hacer unas fotos, con la correspondiente dosis de respeto y seguridad.

Ivan ruiz y Alberto González (el autor) junto a la Víbora Áspid

Ya de noche comimos algo, visitamos infructuosamente una laguna en busca de anfibios (estaba sequísima) y decidimos montar las tiendas de campaña y acostarnos. Estábamos bastante reventados de haber estado activos desde las 5:00 de la mañana, siendo ya cerca de medianoche.

Día 2. Domingo 29 septiembre.

32 grados día. 16 grados noche. Despejado. Viento moderado.

Al día siguiente nos levantamos con los primeros rayos de sol en la zona de la V. aspis y tras el desayuno y la vista casi obligada con la madre naturaleza anduvimos por los muros para ver si podíamos por fin encontrar la tercera especie de víbora y hacer pleno.

Y hubo suerte también. Tomando el sol pegada a una roca encontramos un ejemplar adulto que nos pareció una víbora hocicuda (Vipera latastei), si bien después se ha identificado como un ejemplar intermedio, ya que poseía características tanto de V. aspis (ojo, patrón, casi sin hocico) como de V. latastei (escamas apicales, color, forma…) Sea como fuere puedes ver la belleza de este ejemplar híbrido y… ¡reto conseguido! ?

Ejemplar intermedio. Créditos: Alberto González

Ejemplar intermedio. Créditos: Alberto González

Ejemplar intermedio. Créditos: Alberto González

Ejemplar intermedio. Créditos: Alberto González

Ya sobre las 13:00 de la tarde nos volvimos a Madrid con la experiencia para Mario e Iván de haber visto su primera Áspid y obviamente de haber pasado los tres un día y medio formidable.

Día 3. sábado 12 octubre

24 grados día. 11 grados noche. Nubes intermitentes. Mucho viento.

Dos semanas después preparé un segundo viaje a Burgos, esta vez con los naturalistas Enrique Ruiz Ara y Jus Pérez para repetir algunos puntos que quería prospectar, esta vez, con un tiempo mucho más frío. Prácticamente estamos ya a mediados de octubre y nunca había ido tan tarde a ver víboras.

Era un fin de semana perfecto para alimentar mi curiosidad con el comportamiento y actividad de las víboras en ciertas épocas tardías del año y ante una climatología adversa.

Dado que el finde pintaba nublado y con viento por la zona, me levanté esta vez algo más tarde (sobre 6:30 de la mañana) para llegar al punto de encuentro con Kike y Jus sobre las 10:00. Esta vez había que dejar calentarse un poco el ambiente.

Tras llegar el sábado a un punto cercano al puerto de Masa, mis sensaciones con el fin de semana no eran buenas: temperaturas bajas, muchísimo viento, zonas mojadas tras las lluvias de la noche… No eran las mejores condiciones para ver hérpetos activos, la verdad.

Aun así, kike, Jus y yo revisamos una nueva zona que quería prospectar para áspid u hocicuda y al poco aparecieron 2 ejemplares juveniles de Víbora hocicuda (Vipera latastei) entre los muros de un pequeño pueblo de la zona.

Jus Pérez, afotando a una bicha…

¡Gran angular de Enrique Ruiz Ara!

Seguimos nuestro camino ahora para ver Áspid, algo más al norte, por zonas cercanas a Pesquera del Ebro, sin suerte.

De hecho el resto del día estuvimos prospectando varias zonas luchando contra un fuerte viento y unas temperaturas bajas que prácticamente anulaban cualquier actividad ofidia.

Vimos sapos corredores y comunes y algún bonito tritón jaspeado pero poca cosa más…

Jus Pérez y Alberto González con el tritón jaspeado…

Triturus marmoratus, de Jus Pérez.

Y es que a las serpientes, al menos en mi experiencia, el viento no les gusta ya que parece ser disminuye parte de sus sentidos del olfato, la vista y el tacto. Al no poder cazar con todo su potencial, su instinto les dicta quedarse mucho más resguardadas y latentes.

Paramos a comer algo por el Páramo de Masa para reponer fuerzas y estado anímico (la gente se cree que siempre es llegar y triunfar y hay que dedicarle muchas horas siempre) y decidimos visitar unas terrazas calizas naturales ya a última hora de la tarde para ver si había suerte.

La jugada salió bien ya que pudimos encontrar nuestro 3º ejemplar de víbora hocicuda (Vipera latastei) del día y la más grande y bonita además.

Otra fotaza de Enrique Ruiz Ara donde se puede observar perfectamente el hábitat de la especie.

¡La foto de la foto de Kike!

Macro de Alberto González

Estuvimos un rato observando sus formas, colores y belleza y pudimos hacer algún gran angular para que veas uno de los hábitats tipo de esta reina de la “tundra burgalesa”.

Ya de noche repusimos fuerzas con los pepinillos gigantes y dulces de Kike ? (y ahora viene lo bueno…) y salimos a ver si veíamos alguna salamandra común en un bosque cercano (había estado lloviendo por la tarde). No hubo éxito, salvo algún sapo común (Bufo spinosus), relativamente abundantes por la zona.

Día 4. Domingo 13 de octubre.

22 grados día. 12 grados noche. Chubascos con nubes intermitentes. Fuerte viento.

Amaneció el domingo por la mañana con un día de perros: ráfagas de viento, lloviznas, unos 12 grados y el cielo muy nublado. Pintaba mal la cosa para encontrar más serpientes. Aun así, después de un desayuno salimos a dar una vuelta por la zona de la noche anterior…

Primera sorpresa cuando en medio de un camino, a pocos metros de donde aparcamos, veo una serpiente pululando por el suelo tranquilamente. Segunda sorpresa cuando nos acercamos y comprobamos que es una Víbora de Seoane o cantábrica (Vipera seoanei). ¡Y en una nueva zona mucho más al sur de donde se supone termina su distribución mediterránea!

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Alberto González

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Alberto González

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Alberto González

Los ojos como platos teníamos Jus, Kike y yo al contemplar este ejemplar precioso en una zona que antes nunca se había visto.

Kike y Alberto, con la bicha…

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Enrique Ruiz Ara

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Enrique Ruiz Ara

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Enrique Ruiz Ara

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Jus Pérez

Un macho adulto bien contrastado de Víbora cantábrica subespecie “s. seoanei” (en la península hay dos subespecies de Víbora cantábrica: V. seoanei seoanei (desde pirineos hasta Cantabria, este de Asturias y norte de burgos) y V. seoanei cantabrica (desde norte de León, en el área sudoeste de los Picos de Europa y en las montañas de Galicia oriental y sudoeste de Asturias)

Le hicimos las correspondientes fotos para la cita, guardando el punto GPS para el SIARE y seguimos el camino para aprovechar la mañana y ver si podíamos ver la 3 especie en cuestión: Víbora Áspid.

De camino hacia el norte de nuevo, paramos un momento en el mismo punto (al sureste de Aguilar de Campoo) donde habíamos visto Mario, Iván y yo hacía dos semanas un juvenil de Seoane por si caía la breva…

¡…y vaya si cayó la breva!

En un lugar cercano, no tardamos en encontrar dos ejemplares adultos de Seoane muy cerca uno de otro soleándose entre el matorral tras aparecer los primeros rayos de sol de la mañana. En este caso el tiempo fue nuestro aliado, aunque seguía soplando un viento muy fuerte.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Alberto González

Víbora de Seoane (Vipera seoanei). Créditos: Enrique Ruiz Ara

Con nuestro gozo en un altar estuvimos finalmente buscando un par de horas la Áspid sin suerte. El viento arreció aún más y aunque vimos alguna camisa, decidimos ya dar por cerrada la excursión y volver de regreso a nuestras casas.

Me despedí de kike y Jus (que se quedaron bicheando por Burgos un poco más) dando por cerrada la temporada de serpientes, en lo que a mí respecta.

Así que ya hasta el año que viene no creo que escribamos sobre serpientes. No ha estado mal esta temporada.

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Bicheando por los Montes de Toledo y Cabañeros.

A mediados de marzo de 2019 3 naturalistas gallegos vinieron a bichear con nosotros por la periferia sur de el Parque Nacional de Cabañeros, a fin de conocer y disfrutar de la herpetofauna de la zona.

Rafael Vázquez, Miguel Puras y David Dopereiro (de Levantando Piedras), junto con el autor (Alberto González) nos embarcamos en un par de jornadas maratonianas para exprimir al máximo estos valles y montes de encinas, robles, raña y humedales que aún mantienen una buena abundancia de ofidios sobretodo, y de reptiles y anfibios también.

De izquierda a derecha: Alberto, Rafa, David y Miguel.

Si quieres saber más sobre las especies que hay en esta zona, te recomendamos, antes de continuar con esta lectura, consultar el artículo «Anfibios y reptiles de Cabañeros y Montes de Toledo» para disfrutar más del artículo de hoy.

Empezamos con el viaje herpetológico (herp trip)…

Primera noche en Cabañeros.

Rafa y cia. llegaban directos desde Galicia el viernes por la noche con ganas ya de aprovechar para bichear, pero por desgracia su coche rompió literalmente el motor a unos 50 kilómetros del punto de encuentro y a unos 80 kilómetros de nuestro pueblo base.

La aventura automáticamente se convierte en un rescate de tres gallegos «perdidos» en tierras manchegas a los que tengo que ir a buscar a mitad de la noche y montar en mi auto. Llevaban muchas horas al volante y estaban de bajón absoluto por haber roto su transporte. Además Miguel nos venía con un principio de gripe y tiritando… , ¡Menudo comienzo! Así que dejamos el coche de Rafa en una cuneta de Mazarambroz y les propongo dos opciones…

Opción 1 >> Dejar el bicheo hasta el día siguiente y reponer fuerzas en el pueblo de la familia, de cara a para poder ocuparnos del coche a la madrugada siguiente (grúa, taller, seguro etc.) y que Miguel tomara algunas medicinas…

Opción 2 >> Bichear de camino al pueblo de la familia, aunque lleguemos con la noche muy avanzada.

Rápidamente me hicieron entender que «venían a bichear y punto» 🙂 así que fuímos a varios sitios a ver si podíamos ver algún anfibio cerca de San Pablo de los Montes sin mucho éxito, más allá de una enorme rana común (Pelophylax perezi)

Créditos: Miguel Puras

Después visitamos algunas charcas y lagunas de la zona de Retuerta del Bullaque y también como poco éxito (la falta de lluvias esta año es gravísima para la reproducción de los anfibios) y ya alicaídos decidimos ir a descansar, sobre las 4:00 de la mañana.

El día «S» en Cabañeros.

Lo llamaremos así («Día S») debido a la buena cantidad de serpientes que pudimos ver durante todo el día, además de otros reptiles y una buena cantidad de anfibios.

La mañana de bicheo empezó ya tarde (sobre las 12:00 de la mañana), ya que habíamos tenido que ir Rafa y yo con la grúa a mover el coche unos 80 kilómetros hasta un taller de confianza. Asi que recogimos a Miguel -que se encontraba mejor- y David sobre el medio día.

Nuestra primera parada fué en la rivera del Río Bullaque donde pudimos rescatar varios animales de un efecto trampa: varios sapos corredores (Epidalea calamita), gallipatos (Pleurodeles waltl) y tritones pigmeos (Triturus pygmaeus) junto a un lagarto ocelado (Timon lepidus). Fueron soltados todos ellos en las inmediaciones como corresponde, en lugares que vimos más idóneos para cada especie.

Créditos: Miguel Puras

Créditos: Miguel Puras

Créditos: David Dopereiro

Rafa, al levantar su primera piedra, encontró una joven y preciosa culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) pudiendo constatar que ya en Marzo hay actividad de grandes ofidios en la zona, pese a las noches tan frías que se registran aún (de entre 4 y 8 grados).

Créditos: Alberto González

Después de hacerle la inspección pertinente, citarla con GPS y fotografiarla, seguimos nuestro camino muy contentos ya tras haber visto 5 especies en tan solo 5 minutos.

Proseguimos nuestro camino hacia el oeste y paramos cerca de uno de los arroyos de la zona, para ver si podíamos observar galápago leproso (Mauremys leprosa). Aunque éstos no aparecieron debido quizás a la poca agua circundante, si pudimos observar varias culebras de agua y muchos tritones pigmeos, pero en fase terrestre. Poca agua para estas alturas del año, una pena.

La siguiente parada fué una gran laguna en el sur del Parque Nacional de Cabañeros que por desgracia estaba completamente seca. La sequía invernal que padecemos también se veía reflejada en estos bonitos humedales que más bien parecían un secarral.

Miguel (izquierda) con una enorme laguna detrás, completamente seca. David en un paisaje típico de la zona.

Aun así, en los alrededores de la laguna y gracias que toda la zona es bastante húmeda, pudimos ver varias serpientes de escalera, bastada y de agua.

Juvenil de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)

Juvenil de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Créditos: Alberto González

Juvenil de culebra de escalera (Zamenis scalaris)

Juvenil de culebra de escalera (Zamenis scalaris). Créditos: Alberto González

Y sorpresón para David Dopereiro cuando pudimos también encontrar una preciosa culebra de cogulla (Macroprotodon brevis) en un muro bajo de piedras, semi enterrada.

Créditos: David Dopereiro

También aparecieron las lagartijas, como no podía ser de otra forma:lagartija verdosa (Podarcis virescens) y lagartija colilarga (Psammodromus algirus).

lagartija verdosa (Podarcis virescens)

Lagartija verdosa (Podarcis virescens). Créditos: Miguel Puras

lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus). Créditos: David Dopereiro

Ya al atardecer, con los últimos rayos de sol, fuimos a una zona de Horcajo de los Montes para intentar ver lagarto verdinegro, galápago europeo y víbora hocicuda, pero sin mucho éxito.

Lo que si vimos fue una buena población de Ranita de San Antonio (Hyla molleri), que empezaron a cantar en cuando los rayos dejaron de pegar sobre la tierra, aún con bastante luminosidad.

Créditos: Rafael Vázquez

Créditos: David Dopereiro

Créditos: David DopereiroObservamos también un pequeño sapo común (Bufo spinosus), bastante abundante en la zona, si bien ningún otro adulto fue visto durante el viaje.

Por último, un lagarto ocelado (Timon lepidus) salió a nuestro encuentro para despedirnos de Horcajo.

Créditos: Miguel Puras

Ya de noche intentamos ver los anfibios que la primera noche no habíamos visto, en otra laguna de la zona, teniendo la suerte de observar rana común, sapo corredor, sapo de espuelas, sapillo pintojo (Discoglossus galganoi), ranita de San Antonio (Hyla molleri) , sapo partero (Alytes cisternasii) -cantos solamente-, tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) y gallipato de nuevo (Pleurodeles waltl).

Créditos: Rafael Vázquez

Créditos: Rafael Vázquez

Créditos: Rafael Vázquez

Aproximadamente eran las 00:00 de la noche y decidimos ya volver para el pueblo a descansar, pues pelodytes, alytes y salamandra era casi imposible ver y el resto de especies anfibias presentes ya estaban vistas, además de haber pasado un día espectacular en el campo y en buena compañía.

El día siguiente

Ya el domingo nos levantamos pronto y visitamos en primer lugar las Navas de Malagón. Un precioso espacio natural formado por tres lagunas de origen volcánico, conocidas como La Nava Grande, Nava de Enmedio y Nava Chica, situadas al pie de la Sierra de Malagón. Por desgracia estaban también totalmente secas, sin aves en su superficie reseca y con los anfibios resguardados en los cantos y piedras de sus lindes.

Gallipatos y tritones pigmeos se acumulaban en la poca humedad de sus orillas, esperando unas lluvias que quizá este año no lleguen. También las culebras de agua se podían encontrar en sus alrededores, esperando.

Regresamos el camino andado y visitamos después varias ruinas por la zona en busca de vida hérpeta, divisando por fin lagartija colilarga, lagartija verdosa y una serpiente de escalera rojiza (Zamenis scalaris) y muy bonita que encontramos soleándose.

Créditos: Alberto González

Y ya al medio día decidimos hacer una pausa y disfrutar de las viandas manchegas, el el bar Ayuso de pueblo nuevo del Bullaque, que nos sirvió unas buenas lonchas de panceta castellana, un asadillo de venado y unas patatas para acompañar. Tampoco faltaron las cervezas y las tapas de la zona.

Especies observadas:

  1. Pelophylax perezi (Rana Común)
  2. Hyla molleri (Ranita de San Antonio)
  3. Discoglossus galganoi (Sapillo Pintojo)
  4. Pelobates cultripes (Sapo de espuelas)
  5. Epidalea calamita (Sapo corredor)
  6. Alytes cisternasii (Sapo partero ibérico) *cantos
  7. Bufo Spinosus (Sapo común)
  8. Triturus pygmaeus (Tritón pigmeo)
  9. Pleurodeles waltl (Gallipato)
  10. Psammodromus algirus (Lagartija colilarga)
  11. Podarcis virescens (Lagartija verdosa)
  12. Timon lepidus (Lagarto ocelado)
  13. Blanus cinereus (Culebrilla ciega)
  14. Natrix maura (Culebra viperina)
  15. Zamenis scalaris (Culebra de escalera)
  16. Malpolon monspessulanus (Culebra bastarda)
  17. Macroprotodon brevis (Culebra de cogulla occidental)

17 especies observadas en un día y medio en marzo (no es el mes ideal) no está nada mal y los 3 gallegos se quedaron muy contentos de este día tan especial.

Como yo tenía que regresar a Madrid ese día por la tarde, dejé a los tres gallegos en un pueblo cercano, donde estaba el taller, a fin al día siguiente, lunes, pudieran estar cerca de su medio de transporte. Crucé los dedos para que todo les fuese bien, y tras darles un buen abrazo, regresé a la casa familiar, onde este viaje termina su relato.

Gracias por tu tiempo y si has leído hasta aquí, te mereces ver el super vídeo resumen de estos dos días Bicheando por los Montes de Toledo y Cabañeros.

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