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Viaje herpetológico por Marruecos 2019. Primera parte. Agadir-Sidi Ifni.
En el extremo noroccidental de África, Marruecos se divide, por decirlo así, en dos grandes áreas, la mitad noroeste, más húmeda y verde, y la mitad sureste, más seca y desértica.
La gran cordillera del Atlas atraviesa casi todo el país, siendo la parte más sureña y en contacto con el desierto del Sahara (llamada Anti-Atlas) donde organizamos esta aventura bichera, con Alberto González (el autor) acompañando a Miguel Puras, David Dopereiro e Ismael Puente, de Levantando Piedras.
Como resumen decir que, por una parte, ha sido una experiencia algo frustrante y dura en algunos momentos, con muchos kilómetros en el coche, días prácticamente sin ver especies y una climatología que no ha ayudado. Nos hizo algo de agua y frío en días clave para nosotros y para las especies que buscábamos.
Pero por otra parte he vuelto enamorado del sur de Marruecos, de sus gentes amables y hospitalarias de los pueblos, de sus extraordinarios paisajes llenos de esos inmensos vacíos de rocas, arena y cardón del desierto (Euphorbia).
Antes de continuar, si quieres, echa un vistazo al video resumen…
Marruecos es un mundo que esconde hérpetos tan fantásticos como la cobra norteafricana (Naja haje), la víbora bufadora (Bitis arietans), la víbora cornuda (Cerastes cerastes), los lagartos de cola espinosa (Uromastyx nigriventris), el sapito de Brongersma (Barbarophryne brongersmai) o el varano del desierto (Varanus griseus) por citar algunos de los más representativos.
En definitiva, 30 especies vistas (25 vivas) en 4 días hábiles de bicheo que creemos es una buena cifra para ser el primer viaje a marruecos de todos los miembros del grupo. Aunque en marruecos hay 113 especies de reptiles y anfibios de Marruecos, ver más de 20 especies en menos de una semana de viajes es para estar muy contentos.
Empecemos ya el relato de este duro pero fantástico viaje…
1º NOCHE: MARRAKECH
Mientras Miguel, David e Ismael llegaron a Marrakech desde Galicia vía Oporto, yo partí desde Madrid. Por diferentes circunstancias no pudimos coger vuelos hasta el lunes por la tarde, por lo que llegamos a Marrakech a media noche y no tuvimos más remedio de descansar en un hostal de la ciudad cercano al Zoco.
Dormimos con muchos nervios y excitación pensando que nos quedaban por delante unos 4-5 días completos para disfrutar de la herpetofauna de este fantástico país magrebí.
MARTES, de Agadir hasta Sidi Ifni.
Comenzamos nuestro periplo en la región de Agadir, intentando visitar el Parque Nacional Souss-Massa, pero no supimos encontrar la entrada y seguimos hacia al sur. Cerca de allí paramos en un descampado a revisar los primeros aljibes y pudimos observar como primera especie del viaje la lagartija parda (Acanthodactylus pardalis).
Más al sur de Agadir paramos en la rivera del oued Massa (río) para prospectar la zona y pudimos observar, en algunas partes del lecho con agua, galápago leproso magrebí (Mauremys leprosa saharica) y la rana verde norteafricana (Rana saharica). Ambas especies saltaron al agua antes de que pudiéramos sacar las cámaras.
Además aparecieron varios ejemplares de Gecko de Agadir o gecko enano de cola naranja (Saurodactylus brosetti). Saurios muy pequeños en tamaño pero muy grandes en belleza, como puedes comprobar.
Seguimos hacia el sur revisando aljibes por Tiznit sin encontrar nada y nos adentramos en la sierra hacia Sidi ifni.
Abrimos varios aljibes cercanos a la carretera y casi todos parecían estar ya visitados hacía poco o bien sencillamente y por suerte no habían caído animales en ellos. Pudimos ver varias agamas de Bribón (Agama impalearis) frías ya por ser el atardecer y por lo tanto pudimos sacarles alguna fotografía. Si están calientes es imposible acercarse a ellas de lo rápidas que son.
Al atardecer, ya llegando a Sidi ifni desde el interior, encontramos en un puerto de montaña el lecho de un río con alguna poza que parecía tener buena pinta para parar, comer algo y esperar a que llegase el anochecer.
Y no estábamos equivocados ya que nada más caer el sol empezamos a oír los cantos de al menos 2 especies de sapos diferentes. Se trataba del sapo verde norteafricano (Bufotes boulengeri) y el sapo de Brongersma (Barbarophryne brongersmai), cuyos machos estaban al borde de la charca esperando a las hembras.
Sapo de Brongersma (Barbarophryne brongersmai). Un pequeño sapo de no más de 5 cm que encontramos en gran abundancia esa noche.Personalmente tenía muchas ganas e interés en poder disfrutar de los bufónidos del sur de Marruecos y para mi fué todo un regalazo poder ver sus espléndidos colores y patrones.
Poco después apareció otra preciosa especie: el sapo moruno (Sclerophrys mauritanica), para hacernos un poco más felices… 🙂
Para darnos aún más alegrías, mientras estaba haciendo fotos a estos fascinantes anuros, escuche algo muy tenue a mi izquierda y al mirar observé una culebra alargada, pequeña, con la cabeza poco diferenciada del cuerpo y dudé en cogerla (iba sin guantes en ese momento) por si era una Gariba, también conocida como víbora de escamas aserradas árabe (Echis leucogaster), muy venenosa y muy parecida a simple vista a la inofensiva serpiente comedora de huevos (Dasypeltis sahelensis).
Un caso de mimetismo batesiano que causa muchos accidentes en Marruecos, pues una especie no peligrosa (Dasypeltis) imita a su similar venenosa (Echis) para disuadir a sus depredadores, principalmente.
Como estaba quieta y tranquila, mire las escamas cefálicas (que eran grandes) y el dibujo más detenidamente y ví que se trataba de la inofensiva culebra comedora de huevos del sahel (Dasypeltis sahelensis). ¡Una especie muy muy muy difícil de observar y con muy pocas citas! WOW WOW WOW
Todos nos pusimos a dar saltos de alegría. No cabíamos en nuestro gozo. Estaba siendo una jornada, para ser la primera, redonda, la verdad…
La biología de esta especie es bastante desconocida, más allá de que se alimenta de huevos de aves y es nocturna. Si quieres profundizar más en esta especie o en alguna de éste artículo, te recomiendo esta ficha de Dasypeltis y la página en general de Morocco Herps.
Más tarde encontramos un Bulán o escinco argelino (Eumeces algeriensis). Con el que hay que tener cuidado porque da buenos bocados aunque es un saurio tranquilo y pacífico si no se le molesta.
Y cómo no, la omnipresente salamanquesa común (Tarentola mauritanica), cuyos ejemplares aparecían en casi todo el viaje.
Después, ya con la noche avanzada, llegamos a Sidi Ifni y carrileamos por la zona para ver si salía algún otro ofidio nocturno y tras 1 hora de coche Ismael paró en seco y gritó «Bitis, bitis, bitis!!» saltando como resortes todos del coche para comprobarlo.
UFF, UFF otra especie difícil de ver y mi preferida de todas las marroquíes y la teníamos delante a nuestros pies. No cabía de gozo, la verdad… Miguel y David estaban también absortos contemplado un metro casi de «morcilla venenosa«.
Estaba bien camuflada en la orilla de la carretera y tuvimos mucha suerte que Ismael estuviera ojo avizor.
Como ves, la víbora bufadora (Bitis arietans) es una serpiente enorme, ancha y pesada, con un patrón que fácilmente la confunde con las zonas pedregosas y de matorral bajo donde vive. Es otro relicto tropical que ha quedado en estas tierras norteñas para nuestro disfrute.
Tras hacerla el examen y fotografías respectivas la apartamos de la carretera y proseguimos nuestro camino. Al poco tiempo vimos otro ejemplar adulto pero esta vez atropellado. FUAA!! Que pena… 🙁 Una joya así muerta… En fin.
Fué la mejor jornada de la expedición sin duda y esa noche descansamos al raso en un camino poco transitado a la espera de más especies…
MIÉRCOLES, Circular por el interior de Guelmim-Río Noun.
Nos levantamos con el buen sabor de boca de la primera jornada e iniciamos una ruta circular con inicio y fin en Guelmim hacia el interior.
Antes de arrancar nos dió tiempo a revisar un aljibe y rescatar una Agama de bribón (Agama impalearis) que había caído en él.
Habíamos planificando esta ruta circular con mucho tiempo y cariño (en base también a puntos aportados por compañeros) pero… ¡No vimos prácticamente nada en todo el día!
Ni por el día ni por la tarde ni por la noche. Por eso te doy este consejo: cuando vayas a marruecos olvídate de «puntos» y zonas «famosillas» y haz parte del viaje con tu propio itinerario o a la aventura. ¡Hay mucho por descubrir aún! Nosotros, donde más especies vimos, fué en un punto descubierto por nosotros mismos. 😉
Al final de la tarde al menos vimos algunas agamas y geckos más por el camino y poco después pudimos disfrutar por primera vez de los espectaculares lagartos de cola espinosa norte africanos (Uromastyx nigriventris).
Grandes y resistentes lagartos diurnos -principalmente vegetarianos- que lucen unos amarillos, verdes y naranjas de gran intensidad, sobretodo en estas épocas de celo. Para verlos hay que alejarse de la costa e ir al interior, como hicimos.
Destacar por desgracia que vimos ese día las siguientes especies atropelladas: una falsa cobra (Rhagerhis moilensis), una culebra argelina (Hemorrhois algirus), una culebra diademada del Magreb (Spalerosophis dolichospilus) y una culebra de Forskal (Psammophis schokari). 4 especies nada más y nada menos. ¡y todas atropelladas! 🙁
Muy cansado ese día, paramos y dormimos en un páramo sin terminar la circular donde por desgracia hubo rafagas de viento de hasta 50 y 60 km / hora que hacían complicado el descanso. Por suerte pudimos montar y fijar bien las tiendas aunque sólo pudimos dormir unas 3 o 4 horas y malamente.
Una jornada y noche para olvidar, la verdad, y eso que creíamos iba a ser la más fructífera. Pero esto es la salsa del bicheo y más en Marruecos. hay días buenos y días pésimos, y hay que estar a todas y animar a tus compañeros.
Anímate y sigue con nosotros, que aún quedan más especies y aventuras en la segunda parte de nuestro viaje herpetológico a marruecos. .-)
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