Entrevista a Íñigo Martínez-Solano, biólogo y herpetólogo.

Íñigo trabaja actualmente en su investigación postdoctoral en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), si bien antes desarrolló otros estudios postdoctorales en los Estados Unidos, concretamente en el Museum of Vertebrate Zoology de California y en la University of Connecticut (Dept. of Ecology and Evolutionary Biology).

También ha trabajado como investigador postdoctoral en el CIBIO (Universidad de Porto) y recientemente ha superado con éxito una oposición para incorporarse como Científico Titular al CSIC y en los próximos meses se incorporará a la plantilla del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Este investigador de campo y laboratorio está especializado en estudios taxonómicos y genéticos, sistemática molecular y es editor asociado de la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Actualmente es Secretario General de la Asociación Herpetológica Española que te recomiendo sigas en Facebook.

También participa asiduamente en cursos y talleres de divulgación científica y ha sido miembro de jurados y proyectos científicos para la conservación de los anfibios de nuestro país.

Vamos, un lujazo y un honor que nos haya dedicado un rato del escaso tiempo libre que tiene últimamente para poder acercarnos, de una forma más coloquial, a este reconocidísimo profesional y gran amante de la biodiversidad.

Pasemos ya a la entrevista a Íñigo Martínez-Solano y a ver que nos cuenta sobre una vida entera dedicada a los hérpetos…

¿Hace cuanto tiempo llevas «bicheando«? ¿Cuando crees que surgió tu atracción por los reptiles y anfibios, y en general por la vida salvaje?

Mi padre ha sido siempre muy aficionado a los anfibios y reptiles, así que lo he vivido en casa y desde pequeño he tenido el gusanillo de bichear cada vez que salíamos al campo con la familia. Incluso conservo algunos cuadernos de campo que empecé a escribir con poco más de diez años, me hace gracia releerlos ahora porque desde luego transmiten mucha pasión.

Íñigo con su joven ayudante de campo: su hijo Nicolás (Sierra de Madrid)

Íñigo con su joven ayudante de campo: su hijo Nicolás (Sierra de Madrid). Foto de Goyo Sánchez.

¿La biología y la herpetología son tus profesiones? ¿También tu hobby? ¿Tienes alguna otra afición que se pueda comentar?

De alguna manera se podría decir que he conseguido hacer de un hobby mi profesión, disfruto mucho con mi trabajo como herpetólogo. Otras aficiones son la música (me gusta mucho el heavy metal) y los comics.

Y parece que viajar también te gusta…

¿Qué tal por Estados Unidos? ¿Hay más cultura conservacionista o de investigación que aquí en España? ¿Cuál es la mayor diferencia, para ti?

Tengo muy buen recuerdo de mi etapa allí, tuve la ocasión de trabajar entre otros con David Wake, una auténtica enciclopedia para todo lo relativo a las salamandras y a la vez una persona muy sencilla y cercana, un auténtico apasionado de su trabajo. Creo que en Estados Unidos hay más cultura científica y ahí radica la gran diferencia con España. No sólo en la financiación, que es más alta allí, claro, sino en la percepción social de su importancia.

Íñigo con David Wake en Ebbetts Pass, Sierra Nevada, California. foto de Cristina Grande

Íñigo con David Wake en Ebbetts Pass, Sierra Nevada, California. foto de Cristina Grande.

En España muchas veces da la impresión que la investigación es un lujo del que se puede prescindir cuando las cuentas no salen y hay que recortar, y así nos va.

Ahora en España, ¿acabas de incorporarte al equipo de investigación de la Estación Biológica de Doñana-CSIC?, ¿Llevas ya tiempo allí? Cuéntanos… 

En realidad ahora mismo estoy a punto de acabar una etapa de dos años allí. Ha sido una etapa muy positiva, he tenido la suerte de trabajar con un grupo de gente excelente con la que espero seguir colaborando durante muchos años.

La línea de investigación principal mientras he estado en Doñana tiene como objetivo principal estimar de manera indirecta, mediante el uso de herramientas moleculares, parámetros demográficos importantes para el seguimiento de poblaciones de anfibios, como pueden ser el tamaño poblacional o la dispersión.

¿Cuál es el género o la especie que más te atrae de cara a tus investigaciones? ¿Qué especie, si tuvieras la oportunidad, te gustaría ver en vivo o investigar?

Al principio de mi carrera me fascinaban especialmente los sapillos pintojos (Discoglossus), que me siguen pareciendo muy interesantes por la cantidad de cosas básicas que desconocemos acerca de su biología. También tengo un poco de debilidad por los Gallipatos (Pleurodeles), unos animales que estoy convencido que si se conocieran únicamente como fósiles serían míticos.

Por otro lado, de las especies que más me gustaría ver en vivo citaría el tritón del Montseny (Calotriton arnoldi) y el ferreret (Alytes muletensis), nunca he tenido ocasión de verlas en el campo, aunque espero hacerlo algún día no muy lejano.

el ferreret

Alytes muletensis. Créditos: laopinon.es

Yo tampoco los he visto en libertad, me apunto! 🙂 

¿Y de reptil? ¿Qué especie es la más interesante para ti, a nivel de la península ibérica?

En realidad en reptiles estoy un poco pez. Aunque al principio cuando salía al campo trataba de observar tanto anfibios como reptiles, con el tiempo me he ido acomodando y me centro más en los anfibios, que son más fáciles de observar generalmente.

Pero trato de estar al día con los reptiles, y en este sentido creo que los complejos de especies de Podarcis son un sistema de estudio interesantísimo, y no sólo a nivel de la península ibérica.

Háblanos entonces de tus anfibios preferidos o más interesantes… 

De los anfibios me interesa todo y todos me parecen interesantes. Pero por citar dos casos actuales citaría los sapos parteros (Alytes) y los sapos moteados (Pelodytes), que han dado mucho juego hasta ahora y aún tienen cosas de las que aprender.

Alytes cisternasii. Autor Íñigo Martínez-Solano

Alytes cisternasii. Autor Íñigo Martínez-Solano

¿Qué zonas de España que gustan más para bichear? ¿Por qué?

Siempre he bicheado mucho por la Comunidad de Madrid y me gusta seguir haciéndolo por la diversidad de ambientes y comunidades de anfibios que pueden encontrarse en un área relativamente tan pequeña.

Pero también he tenido ocasión de muestrear por toda la Península Ibérica y he disfrutado como un enano. Me resulta difícil destacar algunas zonas, pero en general me gustan las áreas de montaña, por ejemplo todo el Sistema Central o Pirineos, pero también Galicia, Asturias…

Muestreando Bufo bufo-B. spinosus en la zona de contacto en Francia con Pim Arntzen. Foto de Alberto Sánchez Vialas

Muestreando Bufo spinosus en la zona de contacto en Francia con Pim Arntzen. Foto de Alberto Sánchez Vialas

En los últimos dos años he tenido la suerte de poder recorrer Doñana con Carmen Díaz Paniagua, que lo conoce como la palma de su mano, y me ha impactado, es un auténtico paraíso.

De muestreo en una laguna de Doñana. Foto Carmen Díaz Paniagua

De muestreo en una laguna de Doñana. Foto Carmen Díaz Paniagua

Cuando sales al campo a hacer identificación y seguimiento de poblaciones de anfibios, ¿Nos podrías explicar de forma más o menos resumida cómo «marcáis» a un ejemplar y que tipo de información buscáis?

Para el marcaje empleamos chips subcutáneos que permiten la identificación individual de cada ejemplar. De esta manera podemos luego estimar el tamaño de la población, patrones de movimiento dentro de la zona de estudio, o en combinación con otros datos, inferir paternidades, por ejemplo.

Me preguntan también muchos aficionados qué tipo de muestras recogéis de los anfibios para los análisis genéticos…

Las muestras de tejido para análisis genéticos suelen ser pequeñas y proceden de zonas que pueden regenerar, como pequeños fragmentos de la cola de las larvas.

En adultos solemos tomar muestras de 1-2 falanges, a partir de las cuales además de ADN podemos estimar la edad del ejemplar mediante la técnica de la esqueletocronología, que también es útil para determinar la edad de maduración sexual del ejemplar.

Toda esta información es clave para entender los procesos demográficos que tienen lugar en la población.

¿Con quién te gusta ir de bicherío? ¿A quién tienes que agradecer parte de tu afición y trabajo actual?

En primer lugar a mis padres, que siempre fomentaron mi afición y me apoyaron en mi trayectoria profesional. Además tuve la suerte de coincidir en los primeros años de mi carrera investigadora con grandes herpetólogos como Javier Barbadillo y Mario García París y pasar mucho tiempo en el campo con ellos.

Lo que aprendes compartiendo campo con gente con tanta experiencia no está en ningún libro.

Para bichear siempre intento liar a alguien, amigos y familiares incluidos, me gusta mucho compartir este tipo de experiencias con gente cercana, aunque tampoco me importa ir solo de vez en cuando.

Profesionalmente hablando, cuéntanos alguna alegría que te hayas tenido últimamente…

La mayor ha sido conseguir una plaza de científico titular en el CSIC, un sueño que llevo persiguiendo muchos años y que me dará la estabilidad necesaria para seguir trabajando en lo que más me gusta durante muchos años.

¿Qué podrías decirle a las personas «no bicheras» que van al campo respecto a un encuentro con reptil o un anfibio?

Generalmente cuando salen estos temas me gusta destacar dos cosas: que se trata de especies que aparte de ser inofensivas o más bien beneficiosas, son nuestras, en el sentido de que buena parte de ellas son endémicas de la Península Ibérica. Y en relación con esto, la segunda cuestión: la responsabilidad de que no desaparezcan es nuestra, y la cosa pinta mal, a pesar de que son animales que requieren medidas muy sencillas y sobre todo baratas para su conservación. Vamos, que no lo estamos haciendo bien.

Con tan poco por parte de las administraciones se podría hacer tanto… Es una lástima, sí.

Entonces, a nivel general, ¿Qué opinas, en tu experiencia e investigaciones, del actual status de los anfibios y reptiles de España?, ¿gozan de buena salud?

Creo que no, y la prueba es que cada vez hay más proyectos de conservación en marcha por todo el territorio nacional, y son todos muy necesarios. Las amenazas más serias y conocidas, como la destrucción y fragmentación de hábitats, no han perdido importancia, y además han aparecido otras nuevas como las enfermedades infecciosas emergentes, con un potencial enorme para extinguir poblaciones enteras.

La situación en cuanto a conservación y conocimiento de la problemática de los anfibios, reptiles etc. por parte de las autoridades y la sociedad es mala, pero al menos parece haber una mayor sensibilidad a la hora de tomar medidas para mejorarla.

Muestreando salamandras en Murcia con Andrés Egea (centro), David Buckley (derecha) y Ernesto Recuero (autor de la foto)

Muestreando salamandras en Murcia con Andrés Egea (centro), David Buckley (derecha) y Ernesto Recuero (autor de la foto)

¿Cómo explicarías de forma sencilla la problemática de las enfermedades aparecidas en las últimas décadas que están diezmando y extinguiendo las poblaciones anfibios a nivel global?

Es difícil porque es un problema complejo, con muchos factores implicados, pero parece ser que uno de los más importantes es la dispersión asistida de los patógenos, es decir, la introducción accidental, mediada por el hombre, de agentes infecciosos como los hongos quitridios o los ranavirus en zonas que en condiciones normales hubieran permanecido libres de patógenos. Esto ha causado grandes mortalidades en poblaciones de anfibios que no poseen defensas efectivas ante estas nuevas amenazas.

¿Y qué se puede hacer para protegerlos y conservarlos? ¿Qué se está haciendo, de forma resumida?

Se está dedicando mucho esfuerzo a investigar esta problemática desde diferentes ángulos: el del patógeno, el del hospedador, el de la comunidad biológica, el del medio abiótico…Todos estos estudios están aportando información valiosa a la hora de hacer frente a los episodios de mortalidad en masa.

Por otro lado, se han creado reservas en las que se estudia en detalle la dinámica de la enfermedad y se están probando diferentes tratamientos para mitigar los efectos de las epidemias, ya que actualmente se consideran extremadamente difíciles de erradicar completamente.

¿Cómo se podría concienciar a los políticos y representantes sobre los problemas de la desaparición de los hábitats, contaminación y enfermedades de estos animales?

Creo que aunque a veces no lo parezca, existen esos políticos sensibilizados con estos problemas. Lo que pasa es que por un lado suelen ser casos aislados y por otro tienen poco margen de maniobra, porque socialmente existe aún mucha resistencia a que se destine dinero público a proteger a animales como los sapos o las serpientes. En este caso, como en casi todo, la presión les debe llegar desde sus votantes, y lamentablemente parece claro que éstos no lo consideran un tema prioritario.

¿Y qué podemos hacer cada uno de nosotros, como aficionados a la herpetología, la fotografía etc.?

Generalmente es buena práctica es hacer una buena limpieza del material de campo antes y después de salir de bicheo (asepsia), sobre todo si se van a visitar diferentes poblaciones y existe riesgo de propagar enfermedades.

En Bicheando.net, de hecho, tenemos un artículo publicado recientemente que habla y aconseja sobre ello: Asepsia en reptiles y anfibios. Protocolo básico de manejo

Sigamos… ¿Qué le dirías a un padre que quiere comprarle una iguana a su hijo?

Que sea responsable y lo haga sólo si está dispuesto a tener a la iguana en las mejores condiciones que requiere el animal durante toda su vida y sin abandonar o soltar al animal jamás. Es simple.

¿Crees que hay demasiada distancia entre los biólogos de carrera y los aficionados a la herpetología? ¿crees que podrían colaborar más?

Yo no creo que haya mucha distancia. En mi caso, cuando tengo interés en trabajar en una zona que es nueva para mi siempre trato de contactar con herpetólogos locales, aficionados o profesionales, y mi experiencia siempre ha sido muy positiva.

¿Qué opinión te merece Frank Cuesta, el herpetólogo de la tele?

Personalmente no me gusta su estilo fanfarrón y poco riguroso, pero valoro el hecho de que ha dado visibilidad a problemas de conservación graves y por otro lado seguramente ha atraído a mucha gente al mundo de la herpetología. A partir de ahí, cada cual lleva su afición como mejor le parece, pero siempre es más sencillo implicar a la gente en conservar algo que conoce.

Y por último, la pregunta «bonus» jeje para quien nos haya leído hasta aquí 😉 ¿En qué hérpeto te reencarnarás en tu próxima vida?

En un Andrias scheuchzeri. Una especie extinta de salamandras gigantes.

De FunkMonk (Michael B. H.) - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17342233

Créditos de la reconstrucción e imagen: FunkMonk (Michael B. H.) – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17342233

jaja, esa seguro que muchos no la conocen (yo el primero). No te voy a preguntar el porqué. Mantengamos esta intriga escamosa en la entrevista y que cada uno saque sus conclusiones… 🙂

Muchas gracias por tu tiempo, de verdad. ¿Algo más que añadir, Íñigo?

Nada más, gracias por la oportunidad de pasar un rato hablando de bichos.

Un placer, un honor y mucha suerte y buen hacer en todos tus proyectos futuros. ¡Chapó!

Igualmente.